El ministro de Defensa, Israel Katz, reafirmó que no permitirá la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, mientras continúan los bombardeos y las operaciones militares sobre el enclave palestino.
A través de su cuenta oficial en X, Katz señaló que «la política de Israel es clara: en Gaza no entrará ninguna ayuda humanitaria», y justificó esta medida como una herramienta de presión contra Hamás. Desde el 2 de marzo, los pasos fronterizos permanecen cerrados y la escasez de alimentos, medicinas y combustible amenaza con una hambruna masiva.
El ministro radical Itamar Ben Gvir respaldó esta postura y advirtió que haría todo lo posible para impedir cualquier intento de reanudar la asistencia. Según afirmó, “no debe entrar ni un solo gramo de alimento mientras nuestros rehenes sigan cautivos en los túneles de Gaza”.
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La UNRWA denunció que los limitados suministros entregados durante la tregua ya se han agotado, dejando a la población en una situación crítica. Su jefe, Philippe Lazzarini, alertó del riesgo de hambruna a gran escala entre los 2 millones de gazatíes desplazados y atrapados en condiciones extremas.
Mientras tanto, las Fuerzas de Defensa de Israel intensifican su ofensiva terrestre y aérea en Gaza, y han tomado el control de más de la mitad del territorio. También mantienen zonas ocupadas en el sur de Siria y Líbano, lo que ha generado críticas por presunta violación del derecho internacional.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, reafirmó que no habrá alto el fuego ni liberación de rehenes sin una completa derrota de Hamás, mientras persiste la destrucción de infraestructuras y la crisis humanitaria se profundiza.
Fuente: DW.
Imagen: Majdi Fathi/NurPhoto/picture alliance.