El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, organizó una manifestación en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, donde reunió a miles de seguidores, a pesar de que no alcanzó las cifras esperadas.
Durante el evento, Bolsonaro calificó las decisiones judiciales que lo inhabilitan hasta 2030 como «una negación de la democracia». Frente a sus partidarios, el líder de la ultraderecha brasileña también insistió en que las acusaciones en su contra por el asalto a Brasilia en enero de 2023 eran infundadas, afirmando que nunca hubo un intento de golpe de Estado, como sostiene la Fiscalía.
El expresidente, acusado de haber orquestado el ataque contra el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, también defendió la idea de una amnistía para los involucrados en los sucesos del 8 de enero, lo cual podría beneficiarlo a él mismo. En su discurso, Bolsonaro expresó: «Quiero decir a quienes no me quieren en Brasilia: unas elecciones sin Bolsonaro son una negación de la democracia en Brasil».
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Además, el expresidente denunció que las acusaciones que enfrenta son parte de un intento por «dejarlo preso o muerto», y que, si otros implicados en el asalto fueron condenados a largas penas, él mismo podría enfrentarse a una condena de hasta 28 años. A pesar de la inhabilitación para las elecciones de 2026, Bolsonaro no renuncia a su ambición de regresar al poder y, aunque se ha negado a respaldar a otros candidatos ultraderechistas, ha mencionado a su esposa Michelle y a su hijo Flávio como posibles sucesores.
La Corte Suprema de Brasil está a punto de decidir si aceptará los cargos en su contra entre el 25 y el 26 de marzo de 2025, lo que podría dar inicio a un proceso penal. Mientras tanto, la situación judicial de Bolsonaro sigue siendo un tema clave en la política brasileña.
Fuente: DW.
Imagen: Bruna Prado/AP Photo/picture alliance.