El hallazgo de cientos de zapatos, restos de ropa y huesos humanos calcinados en un campo de adiestramiento del narcotráfico en Teuchitlán expone la dimensión de la crisis de desapariciones en México. Este es solo un caso más dentro del alarmante fenómeno de las fosas clandestinas.
«Teuchitlán, lamentablemente, vino a abrirle los ojos no solo a México, sino al mundo entero, para que se den cuenta de que las desapariciones aquí son un fenómeno horrible, que lleva años y solo ha empeorado», afirmó Aranzazú Ayala Martínez, de la organización Quinto Elemento Lab. La periodista, especializada en derechos humanos, enfatizó que las familias han denunciado esta situación durante años sin recibir respuestas de las autoridades.
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Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), más de 354.000 personas han desaparecido en México desde 1952. De ellas, más de 126.000 siguen en paradero desconocido. Expertos señalan que la cifra real podría ser aún mayor, debido a inconsistencias en los registros y a la alta cifra de delitos no denunciados.
Además de la crisis de desapariciones, el país enfrenta un grave problema forense: hay 70.000 cuerpos sin identificar en morgues y servicios médicos forenses. El defensor de derechos humanos Michael W. Chamberlin explicó que la crisis comenzó en las décadas de 1960 a 1980 con la persecución de disidentes políticos y se intensificó con la guerra contra el narcotráfico iniciada en 2006.
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En los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum, se han reportado 4.000 nuevos casos de desapariciones. La situación sigue sin un plan efectivo para frenar la ola de violencia y brindar justicia a las víctimas.
Fuente: DW.
Foto: Eduardo Verdugo/AP/dpa/picture alliance.