La falta de lluvias y las altas temperaturas afectan gravemente las principales zonas productivas de Argentina. Este escenario crítico, influenciado por el fenómeno de «La Niña», amenaza las proyecciones de rendimiento de soja y maíz, pilares de la economía agrícola del país.
En la región centro, los cultivos de maíz y soja muestran signos de estrés hídrico. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el 81% de la soja sembrada presenta una condición hídrica entre adecuada y óptima, una cifra que continúa en descenso debido al déficit de precipitaciones.
Por su parte, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) informó que Entre Ríos enfrenta reservas de agua deficitarias, mientras que zonas como el noreste bonaerense y el sur de Santa Fe comienzan a registrar daños en las plantas en pleno llenado de granos.
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La situación también repercute en los mercados. Los productores argentinos enfrentan precios bajos internacionales y una posición desventajosa frente a competidores como Brasil y Estados Unidos, quienes cuentan con devaluaciones favorables y subsidios millonarios.
Meteorólogos advierten que las altas temperaturas continuarán, con pocas lluvias previstas hasta la segunda quincena de enero. Esto agrava la incertidumbre para los agricultores, quienes evalúan estrategias ante la crisis.
Fuente: Ámbito.