Ubicada en el macizo Arabika del Cáucaso occidental, en Georgia, la cueva Veryovkina es considerada la más profunda del mundo, con 2.212 metros. Desde su descubrimiento en 1968, ha sido explorada por espeleólogos que enfrentaron enormes desafíos.
Durante décadas se mantuvo casi inexplorada. Recién en 1986, una expedición dirigida por Oleg Parfenov logró alcanzar los 440 metros. Pero fue el grupo Perovo-speleo quien, desde el año 2000, reveló su verdadera magnitud.
En 2016 rompieron la barrera de los 1.000 metros y, al año siguiente, llegaron a los 2.204 metros, estableciendo un récord mundial. En 2018, alcanzaron los 2.212 metros y exploraron un sistema de más de 6 kilómetros de túneles subterráneos.
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La cueva es una trampa mortal: pozos verticales, pasajes angostos y lagos subterráneos forman parte de este entorno inhóspito. En 2018, un buzo murió al quedar atrapado por una inundación, y en 2021 otro explorador fue hallado sin vida a 1.100 metros.
A pesar de su peligrosidad, Veryovkina sigue atrayendo a investigadores que buscan desentrañar sus secretos. Su profundidad la convierte en una de las mayores maravillas naturales del planeta.
En el mismo macizo montañoso se encuentra Krúbera-Voronya, la segunda cueva más profunda, con 2.197 metros. Ambas representan hitos en el mundo de la espeleología y continúan sorprendiendo a la ciencia.
Fuente: Diario Hoy.