Por primera vez, una investigación científica demostró que el ejercicio no solo mejora la calidad de vida de pacientes con cáncer, sino que también actúa como un tratamiento efectivo. Así lo reveló el ensayo clínico Challenge, presentado recientemente en el Congreso de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) en Chicago.
El estudio mostró que la actividad física redujo el riesgo de muerte en un 37% entre pacientes con cáncer de colon tratados previamente con cirugía y quimioterapia.
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El trabajo, liderado por el Grupo Canadiense de Ensayos en Cáncer, siguió durante casi una década a 889 pacientes con tumores en estadios II y III de alto riesgo. A la mitad se le asignó un programa de ejercicio estructurado durante tres años, mientras que el resto solo recibió material informativo sobre salud. La actividad física incluyó caminatas rápidas o trote moderado tres o cuatro veces por semana.
Los resultados fueron contundentes: tras ocho años de seguimiento, la supervivencia global fue del 90% en el grupo que hizo ejercicio frente al 83% del grupo control. En términos prácticos, el ejercicio evitó 7 muertes por cada 100 pacientes. “Ya no hablamos solo de calidad de vida. El ejercicio debe ser considerado un tratamiento oncológico fundamental”, aseguró Kerry Courneya, titular de la Cátedra de Investigación de Canadá en Actividad Física y Cáncer y coordinador del estudio.
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Los investigadores aclararon que el ejercicio no reemplaza a la cirugía ni a la quimioterapia, sino que se suma como un pilar más del tratamiento integral. En este enfoque, el acompañamiento profesional fue clave: fisioterapeutas y kinesiólogos guiaron los entrenamientos para asegurar el compromiso y la constancia de los pacientes. “La presencia de un profesional hizo toda la diferencia”, reconoció Terri Swain-Collins, una de las participantes del estudio.
Este avance científico podría marcar un antes y un después en la atención oncológica. Para los autores del ensayo, la incorporación sistemática de programas de ejercicio en los tratamientos contra el cáncer requiere una reestructuración del equipo médico y un cambio de paradigma: el movimiento no solo acompaña, también salva vidas.
Fuente: EL PAÍS.
Foto: Lisa Callahan – Lisa Callahan