Miles de hinchas coparon las playas, los supermercados y el estadio Hard Rock. El aliento se hizo sentir frente a Benfica y Bayern Múnich.
El debut de Boca Juniors en el Mundial de Clubes no solo generó expectativa deportiva: también convirtió al sur de Florida en una sede alterna de la Bombonera. En sus dos primeros partidos, el Xeneize movilizó una multitud que desbordó playas, supermercados y estadios, en una postal que sorprendió incluso a la prensa internacional.
En el empate 2-2 ante Benfica, más de 55.000 hinchas tiñeron de azul y oro el Hard Rock Stadium. En la derrota 2-1 frente al Bayern Múnich, la tendencia se repitió: 63.587 espectadores, con una abrumadora mayoría de fanáticos boquenses.
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“Soy hincha de Boca desde hace 76 años. Ni bien salieron las entradas, las compré”, contó Sammy Icarina, residente en Estados Unidos, a la agencia AP. La postal se repite: cánticos en la playa, bombos en supermercados y banderas en las calles de Miami-Dade.
La policía local desplegó un importante operativo de seguridad, con controles en todos los accesos al estadio. A pesar de la magnitud de la movilización, no se registraron incidentes, y los organizadores calificaron el comportamiento de la hinchada como ejemplar.
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Incluso el delantero inglés Harry Kane destacó el clima en el estadio: “Fue una de las mejores atmósferas en las que jugué. Increíble”.
En lo futbolístico, Boca aún no logró un triunfo en los 90 minutos, pero sigue con chances de clasificación. Más allá del resultado, el mensaje de los jugadores fue claro: el apoyo popular hace la diferencia. “Estamos agradecidos, eso nos ayuda a jugar mejor”, dijo el defensor Ayrton Costa.
Fuente: AFP.
Foto: X/@BocaJrsOficial.