La pesca en el Mar Argentino enfrenta una crisis profunda, con despidos masivos y protestas por el incumplimiento de acuerdos salariales. La caída de precios internacionales, el atraso cambiario y el aumento de costos ponen en jaque a los actores clave del sector pesquero, en particular la merluza y el langostino.
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El sector pesquero argentino atraviesa una crisis sin precedentes, especialmente en las actividades vinculadas a la merluza hubbsi y el langostino. Estos dos recursos marinos, clave tanto en volumen de captura como en valor económico para el país, se encuentran en un delicado escenario, enfrentando despidos masivos y manifestaciones laborales.
En Mar del Plata, las protestas por el incumplimiento de acuerdos paritarios han obligado a activar el protocolo anti-piquetes, con la intervención de Gendarmería en las plantas de pesca. Las empresas como Fishing Mart y 14 de Julio SA, que alegan no poder cumplir con los aumentos salariales establecidos, también se enfrentan a un futuro incierto, ya que la empresa Fishing Mart anunció que se retirará del mercado de exportación para centrarse exclusivamente en el mercado interno de pescado fresco.
Un informe reciente destaca que la crisis del sector pesquero es multifacética. Entre las causas más significativas se encuentran la caída de los precios internacionales, el atraso del tipo de cambio real, el aumento de costos operativos y una creciente presión impositiva. En particular, la pesca de langostino ha sido muy afectada. Con un salario para los marineros de aproximadamente $6.7 millones por marea, las empresas de la flota amarilla enfrentan dificultades para mantener la rentabilidad debido a los elevados costos laborales y los altos impuestos.
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El sector pesquero también denuncia que el costo laboral ha alcanzado niveles insostenibles, llegando al 60% de los costos operativos en algunos casos. La Cámara de Armadores Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPeCA) ha propuesto reducir los costos salariales del personal embarcado, una medida rechazada por los sindicatos que argumentan que los trabajadores ya enfrentan cargas impositivas elevadas.
Por otro lado, el sector de la merluza también está atravesando dificultades. Según un informe de Invecq, la flota fresquera que captura merluza ha sufrido una pérdida de rentabilidad del 21%, debido a la distorsión de costos, la devaluación del real, y la caída de los precios internacionales, entre otros factores. A esto se suman las altas cargas impositivas y la excesiva burocracia que ha afectado la productividad del sector.
La industria pesquera argentina se encuentra, así, en un momento crítico, con empresas luchando por adaptarse a una situación económica cada vez más compleja. La falta de soluciones claras y las protestas laborales sugieren que la crisis podría profundizarse aún más si no se toman medidas efectivas para aliviar las presiones financieras del sector.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo