Foto: Cocinero Diario (YouTube).
La conocida cocinera dialogó una vez más con Radio 3 y dio a conocer todos los secretos de este delicioso postre.
Teresa Morales, conocida por sus recetas tradicionales, dialogó este jueves con Radio 3 y compartió los secretos de su famosa tarta de crema, un postre clásico que combina una masa casera con un delicioso relleno de crema de leche y frutas. En esta receta, Teresa nos explica paso a paso cómo preparar este postre, desde la masa hasta los detalles del horneado, con consejos útiles para obtener los mejores resultados.
PREPARACIÓN DE LA MASA
Según Teresa, la base de la tarta es similar a la de las tartas comunes, con una masa casera fácil de preparar. Para una tarta de aproximadamente un kilo, se necesita:
- 200 gramos de harina leudante
- 60 gramos de azúcar
- 60 gramos de manteca
- Un huevo
- Leche, cantidad necesaria
- Ralladura de limón o esencia de vainilla, según el gusto
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«Lo primero es hacer un arenado con la harina, la manteca y el azúcar. Luego, agregamos el huevo y la leche para formar una masa homogénea, firme, que se debe dejar reposar en la heladera por al menos una hora», explica Teresa. El frío es fundamental para lograr la consistencia deseada en la masa. Después de ese tiempo, se estira la masa en un molde de 20 cm de diámetro, ideal para una tarta pequeña.
Teresa también recomienda realizar un blanqueo de la masa antes de agregar el relleno, lo que significa hornearla brevemente a baja temperatura (unos 5 minutos) para evitar que la crema pase hacia abajo.
EL RELLENO DE CREMA
El verdadero secreto de la tarta está en el relleno de crema. Teresa utiliza 750 gramos de crema de leche entera, 50 gramos de claras y 50 gramos de azúcar. «Primero mezclamos las claras con el azúcar, pero sin batirlas a punto nieve. Solo las integramos. Luego, agregamos la crema y, si les gusta, un toque de vainilla o nuez moscada», explica. La nuez moscada, añade, debe usarse con moderación, ya que su sabor puede ser muy fuerte.
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Uno de los detalles que Teresa destaca es la importancia de cocinar la tarta a fuego bajo, entre 160 y 180 grados. «Es crucial que la crema no hierva. Si lo hace, puede desbordarse y no queda con la textura firme que buscamos», aclara.
AGREGAR FRUTAS, EL TOQUE FINAL
Teresa sugiere agregar frutas frescas o en almíbar, como damascos, cerezas o peras. Sin embargo, da un consejo clave para evitar que el exceso de líquido de las frutas afecte la crema: «Si usás frutas en almíbar, colalas bien antes de ponerlas. Y si son frutas frescas, espolvoreá un poquito de azúcar sobre la masa antes de colocar la crema. Esto ayuda a que el jugo de las frutas se solidifique con el calor, creando una textura perfecta».
El horneado, continúa Teresa, debe ser lento, controlando que la tarta se cocine despacio para que la crema adquiera la consistencia adecuada. «Cuando tocas la tarta, tiene que estar firme, pero no dura. Si la crema está muy dura, se corta. Hay que buscar que tenga un movimiento compacto», explica.
Una vez lista, Teresa recomienda dejar enfriar la tarta fuera de la heladera antes de refrigerarla. Esto ayuda a que el postre tome la consistencia perfecta para cortarlo y disfrutarlo en su punto justo.