La ecolocalización, su herramienta para sobrevivir en la oscuridad del océano, las lleva a ingerir basura que imita acústicamente a sus presas naturales.
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Las ballenas dentadas, como los cachalotes y los zifios, enfrentan un desafío letal en los profundos océanos del mundo: la confusión entre plástico y alimento. Un reciente estudio difundido por National Geographic revela que, debido a su sistema de ecolocalización, estos mamíferos marinos están ingiriendo bolsas, globos y otros residuos plásticos, creyendo que se trata de sabrosos calamares.
El problema radica en que el plástico, al reflejar las ondas sonoras utilizadas por las ballenas para cazar, genera ecos muy similares a los de sus presas naturales. En las oscuras profundidades donde no llega la luz solar, esta confusión sensorial se convierte en una sentencia de muerte.
Según los investigadores, los plásticos hallados en estómagos de ballenas varadas reflejan ecos incluso más intensos que los calamares. Estos residuos, flotando en la columna de agua, engañan a las ballenas, que no pueden ver pero sí «escuchar» su entorno. Al ingerirlos, sufren bloqueos intestinales, infecciones y malnutrición, lo que puede llevarlas a la muerte.
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Las pruebas se realizaron con plásticos comunes y demostraron que su estructura, tamaño y composición imitan los ecos que las ballenas asocian con presas comestibles. El hallazgo plantea un reto urgente: rediseñar los materiales que terminan en el océano o reducir radicalmente su producción.
Una de las soluciones propuestas por los expertos es crear plásticos biodegradables que no emitan el mismo patrón de eco o que se descompongan rápidamente en el mar. Sin embargo, el desafío técnico y logístico sigue siendo inmenso. La medida más efectiva, aseguran, es reducir el uso de plásticos de un solo uso, fomentar el reciclaje y aplicar regulaciones más estrictas sobre la contaminación marina.
El sufrimiento de las ballenas dentadas es silencioso, pero sus muertes nos gritan una advertencia clara: la contaminación plástica no solo daña el medio ambiente, sino que confunde los propios sentidos de quienes dependen de la naturaleza para sobrevivir.
Fuente y foto: Infobae