«He sentido vergüenza por el formato del debate de candidatos a presidentes que deben contestar en segundos sobre cómo van a cambiar del futuro del país. Fue un disparate», analizó Heredia en el inicio del diálogo con Radio 3.
También destacó que la reforma de la constitución provincial coincidió con la reforma parcial de la Constitución Nacional.
«Nosotros sesionábamos aquí y la Convención Nacional terminó de sesionar en agosto de 1994, por lo que tuvimos una interacción con los convencionales nacionales», recordó.
«La nueva Constitución de la Provincia del Chubut se sancionó el 11 de octubre de 1994, pero hoy 15 de octubre de ese año comenzó a regir. Yo con la editorial Rubinzal – Culzoni preparamos una edición homenaje de mi libro que escribí en 1995 y probablemente mañana (miércoles) estemos charlando sobre eso en una jornada que se ha organizado en la Universidad Nacional de la Patagonia en Trelew, acompañado por otros colegas distinguidos», remarcó el letrado.
«Aquellas reformas fueron posible tanto en el orden nacional como provincial porque hubo un amplio acuerdo entre los partidos. La reforma del 94 fue la que mayor legitimidad de origen tuvo porque no hubo proscripciones, no hubo excluidos y nadie se levantó de la Convención. Y en el desarrollo de los contenidos hubo un amplio consenso para incorporarlos», valoró Heredia.
«Esto debe reivindicarse, porque la historia constitucional argentina ha sido llena de azarosos sucesos y luchas intestinas», enfatizó.
«Para la reforma de la Constitución de Chubut hubo un amplio consenso de los partidos mayoritarios. Sabrán recordar que el gobernador era radical, Carlos Maestro, pero éramos 16 diputados justicialistas. De manera que si nosotros no hubiéramos concurrido a dar los votos necesarios para la etapa Pre Constituyente que es la declaración de la necesidad en la Legislatura, la reforma no se hubiera podido hacer», ponderó.
DEUDAS MUY GRANDES
Pese a los principios que puso de relieve la reforma de 1994, para Heredia hay todavía, a 25 años, deudas muy grandes: «la primera es la pobreza y el hambre, que a mí en lo particular me llena de vergüenza. Las dos constituciones han consignado un verdadero programa de desarrollo humano con justicia social», apuntó.
«Las leyes de presupuesto nacional y provincial son inconstitucionales porque no contemplan ese programa de desarrollo humano como lo ordenan las normas constitucionales», arremetió el convencional.
«En otro orden, menos grave, pero urgente y necesario, no tenemos un Código Electoral y tampoco un buen Régimen de Partidos Políticos. Fíjese la dispersión, advierto que desde el 94 para acá los partidos se han fraccionado, y no detrás de nuevos principios, sino más bien de apetencias sectoriales», criticó.
«También tenemos otra deuda histórica que es el juicio por jurados, porque la participación ciudadanía es muy fuerte en la idea del constituyente, y además el juicio por jurados se practicó aquí primero que en ninguno otro lugar del país, cuando lo hacían los galeses en el siglo XIX en el territorio de Chubut. El constituyente retomó esa historia, pero el legislador no la ha respetado», advirtió Heredia.
El mismo tono crítico tuvo al ser consultado por la Iniciativa Ciudadana contra el desarrollo de la mega minería.
«El constituyente le dio participación a la ciudadanía de diversas maneras, con mecanismos de democracia semi directa y la Iniciativa Ciudadana es una de ellas. Pero en todas las historias constitucionales aparece un dato relevante, que son los comportamientos institucionales», aclaró.
«Las constituciones por si solas no alcanzan para resolver los problemas si los comportamientos institucionales no cumplen con esas pautas constitucionales», sostuvo el abogado.
«Se supone que los legisladores desarrollen los institutos constitucionales, que los gobernadores acaten adecuadamente las políticas de Estado diseñadas en la Constitución y que los jueces protejan la supremacía constitucional», insistió.
«Si no hay comportamiento constitucional, que nos pasa frecuentemente en la Argentina, no podemos decir que tenemos una Constitución viva», reprochó.
LA ENTREGA DE CERRO DRAGÓN
«En realidad los recursos naturales pasaron al dominio de las provincias, de acuerdo a la reforma de la Constitución Nacional de 1994, pero después se dictaron leyes que desfiguraron el diseño constitucional porque el gobierno federal sigue centralizando la política hidrocarburífera como todas las demás políticas», analizó Heredia.
«La Constitución tiene una norma que nosotros empleamos para tratar de impedir la ampliación de la concesión de Cerro Dragón a 40 años, porque decíamos que con ese lapso estábamos enajenando el recurso», recordó.
«Las regalías petroleras son migajas, que tuvieron sentido cuando YPF era la que exploraba y explotaba el recurso en el país», reprendió Heredia.
«Chubut se tendría que haber puesto los pantalones largos y reclamar una participación en la renta petrolera como hacen todos los estados petroleros del mundo», consideró.
«Nosotros nos conformamos con una mínima participación, un porcentaje del 10 a 12 por ciento, que se liquida con una simple declaración jurada sin ningún control del Estado», aseveró.
«Entonces la Provincia tiene estos recurrentes problemas presupuestarios, que no podemos pagar a los docentes, a la policía, a los jueces, y resulta que en 2007 rifamos nada menos que el mayor yacimiento convencional de petróleo del país», se quejó.
«Nosotros en ese momento hicimos un amparo, pero nos sentimos muy solos, porque había muy poca simbiosis que nos acompañara en esa patriada que iniciaron Solari Irigoyen y David Patricio Romero, y no pudimos frenar esa entrega», lamentó.
«Decíamos que estábamos haciendo un pésimo negocio, fíjese que después la British Petroleum para pagar el derrame en el Golfo de México de 2010 vendió su participación en Cerro Dragón a los chinos y ganó miles de millones de dólares», comparó.
«Nos falta una visión estratégica, tomamos el poder sin esa visión para sacar a la provincia adelante. Es una provincia rica, tenemos recursos, pero no cuidamos el recurso pesquero, no cuidamos el recurso minero, no cuidamos el recurso petrolero y sobre todo no cuidamos el recurso humano», deploró.
OTRA REFORMA, INNECESARIA
Heredia consideró que hoy sería un disparate plantear una reforma constitucional: “costó mucho llegar al consenso para alumbrar una reforma en 1994, nadie puede reclamar sobre la legitimidad porque las reformas fueron legítimas y también el origen. Hoy ese consenso es imposible, no lo hay ni en los mismos partidos que están fraccionados y dispersos».
«No es necesaria una reforma porque las constituciones son buenas así como están, pero es necesario cumplirlas», sentenció en el final.
