En Estados Unidos, miles de niñeras inmigrantes trabajan sin papeles y sin protección laboral, sosteniendo en silencio un sistema de cuidado infantil cada vez más frágil. Las nuevas políticas migratorias de Donald Trump incrementan su vulnerabilidad y amenazan con desestabilizar aún más el sector.
Según el Centro Nacional para el Derecho de la Mujer, el 20 % de las trabajadoras del cuidado infantil son inmigrantes, muchas de ellas indocumentadas. Estas mujeres permiten que otras familias trabajen mientras cuidan de sus hijos, a menudo sin acceso a beneficios ni derechos básicos.
Las medidas de control migratorio, como la eliminación de zonas sensibles para arrestos del ICE, aumentan el miedo entre estas trabajadoras. Catalina, ciudadana estadounidense, teme que su madre sea deportada mientras lleva a los niños que cuida a la escuela.
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Expertas como Wendy Cervantes, del CLASP, advierten que los trabajadores inmigrantes son esenciales para un sistema en crisis. Sin ellos, muchas madres y padres no podrán salir a trabajar, lo que afectará la economía en general.
A pesar de aportar miles de millones de dólares en impuestos, los inmigrantes indocumentados no acceden a seguridad social, salud ni protección legal. La incertidumbre y el miedo marcan su rutina diaria y limitan su capacidad de buscar mejores condiciones laborales.
Si las políticas de deportación continúan intensificándose, Estados Unidos podría perder una fuerza laboral clave que sostiene la vida cotidiana de millones de familias. Sin ellas, como dice Cervantes, “el país va a sufrir”.
Fuente: CNN.