Robert Francis Prevost eligió llamarse León XIV, en honor a una larga tradición de papas con fuerte liderazgo. Qué representa este nombre en la historia de la Iglesia.
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Con la elección de Robert Francis Prevost como nuevo sumo pontífice bajo el nombre de León XIV, el Vaticano revive un legado papal cargado de simbolismo, poder y firmeza. Este nombre, adoptado por 13 papas antes que él, está profundamente ligado a momentos clave de la historia de la Iglesia Católica.
Uno de los más recordados fue San León I, conocido como “el Magno”, quien lideró la Iglesia entre los años 440 y 461. Su papado es célebre por haber defendido la doctrina cristiana frente a diversas herejías y por haber logrado, según la tradición, disuadir a Atila el Huno de invadir Roma. Su legado fue tan significativo que fue el primero en ser reconocido oficialmente como “el Magno”.
Siglos más tarde, León XIII, quien gobernó desde 1878 hasta 1903, dejó su huella con la encíclica Rerum Novarum, piedra fundamental de la doctrina social católica. En tiempos de cambios políticos y económicos, su mensaje buscó reconciliar la fe con los derechos de los trabajadores.
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El nombre León proviene del latín Leo, que significa literalmente “león”, símbolo de poder, coraje y autoridad. Su elección por parte de Prevost no parece casual. De acuerdo con el sitio mexicano Chic Magazine, este gesto puede interpretarse como una señal de liderazgo firme y voluntad de proteger los valores tradicionales, al mismo tiempo que se enfrenta a los desafíos del presente.
El papado de León XIV, entonces, arranca bajo la sombra y la luz de una herencia poderosa. Con él, la Iglesia mira hacia el futuro sosteniéndose en los pilares del pasado.
Fuente: Noticias Argentinas
Foto: Archivo