La misión de Firefly Aerospace y la NASA confirmó por primera vez el uso de señales GNSS en la Luna, abriendo un nuevo horizonte para la navegación autónoma en futuras expediciones espaciales.
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El aterrizaje del módulo Blue Ghost en la superficie lunar marcó un hito en la exploración espacial al demostrar que es posible utilizar señales del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) en la Luna, una tecnología hasta ahora limitada a la órbita terrestre.
En colaboración con la NASA, Firefly Aerospace y la Agencia Espacial Italiana, la misión probó con éxito el Lunar GNSS Receiver Experiment (LuGRE), un dispositivo diseñado para captar señales de los sistemas GPS (EE.UU.) y Galileo (Europa). Según Popular Science, este avance es clave para el desarrollo de métodos de navegación autónomos en las misiones del programa Artemis.
Los sistemas GNSS convencionales fueron diseñados para operar en la Tierra y en la órbita baja, lo que hacía prácticamente imposible su uso a 362.000 km de distancia. Hasta ahora, la localización en la Luna dependía de sensores internos, mapas preestablecidos y señales de rastreo desde la Tierra, lo que exigía supervisión constante.
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El éxito de LuGRE abre la posibilidad de contar con un sistema de posicionamiento independiente, permitiendo a astronautas y vehículos lunares calcular su ubicación en tiempo real sin depender del control terrestre.
Antes de llegar a la Luna, LuGRE ya había logrado hitos importantes en la captación de señales GNSS en el espacio profundo. Según Popular Science, estos fueron algunos de sus registros más destacados:
- 21 de enero: recepción de señal a 337.700 km de la Tierra, estableciendo un récord en altitud.
- 20 de febrero: nuevo récord al captar señal a 391.000 km tras ingresar en la órbita lunar.
- 3 de marzo: primera corrección de navegación en la Luna, realizada a 362.000 km de la Tierra.
Estos hitos no solo confirman la viabilidad del GNSS en la superficie lunar, sino que también proporcionan datos para mejorar su precisión en futuras aplicaciones.
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El uso de señales GNSS en la Luna podría revolucionar las misiones tripuladas y robóticas, brindando mayor autonomía y seguridad a los astronautas.
Según el informe, una de las principales ventajas es la reducción de la dependencia del control terrestre, permitiendo a los exploradores espaciales moverse con mayor libertad. Además, la tecnología GNSS facilitaría el desarrollo de vehículos autónomos, capaces de desplazarse sin intervención humana directa.
Otra aplicación clave está relacionada con el aterrizaje de naves espaciales. Actualmente, los descensos en la Luna requieren un control manual riguroso y el uso de radares para medir la distancia al suelo. Con este nuevo sistema, las naves podrían realizar aproximaciones más precisas y seguras, minimizando los riesgos en terrenos irregulares.
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Kevin Coggins, administrador adjunto del Programa de Comunicaciones y Navegación Espacial (SCaN) de la NASA, destacó la importancia de este avance:
«En la Tierra usamos señales GNSS para todo, desde teléfonos inteligentes hasta aviones. Ahora, LuGRE nos muestra que podemos adquirir y rastrear señales GNSS en la Luna».
En las próximas semanas, LuGRE continuará recopilando datos casi de manera continua, mientras Blue Ghost desarrolla otros experimentos en la superficie lunar.
Según Popular Science, los resultados de esta misión servirán para diseñar un sistema de navegación más preciso y confiable, con el objetivo de facilitar futuras expediciones.
La adaptación del GNSS para operar en la Luna representa un avance crucial en la exploración espacial, permitiendo aprovechar una tecnología ya existente para expandir las capacidades de navegación en entornos extraterrestres.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo