La natación fortalece músculos, mejora la salud mental y reduce inflamaciones. Este deporte, además de ser efectivo, es apto para todas las edades y capacidades físicas.
Mover el cuerpo contra la resistencia del agua activa diversos sistemas corporales, siendo una actividad de bajo impacto pero altamente efectiva. En Estados Unidos, más de 300 millones de personas nadan cada año, destacándose como el cuarto deporte recreativo más popular según los CDC.
La natación fortalece el corazón y mejora la circulación, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, aumenta la capacidad pulmonar al exigir más al sistema respiratorio, lo que incrementa la eficiencia cardiovascular.
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Este ejercicio trabaja casi todos los grupos musculares, fortaleciendo y tonificando sin causar desgaste. También mejora la flexibilidad, postura y reduce el dolor articular, siendo ideal para personas con artritis u otras afecciones musculoesqueléticas.
Nadar estimula la liberación de serotonina y dopamina, lo que alivia el estrés, mejora el estado de ánimo y ayuda a conciliar el sueño. Además, fomenta la conexión social, fortaleciendo relaciones personales y comunitarias.
Gracias a la flotabilidad del agua, la natación es ideal para personas con movilidad limitada o lesiones. También es recomendada para quienes buscan controlar el peso o mejorar su salud general.
Clases grupales, programas comunitarios o instructores personalizados son opciones para iniciarse. Los principiantes pueden alternar natación con ejercicios acuáticos más simples para adaptarse gradualmente.
Fuente: National Geographic.