Una investigación publicada en Nature Communications revela que desde 1940, los glaciares patagónicos perdieron más de 1.350 mil millones de toneladas de hielo. El fenómeno acelera el aumento del nivel del mar y pone en riesgo el acceso al agua en el sur de Sudamérica.
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Aunque imponentes a la vista, los glaciares de la Patagonia están desapareciendo a un ritmo alarmante. Así lo reveló un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature Communications, que reconstruye con gran detalle la evolución del deshielo en esta región desde 1940 hasta la actualidad. El resultado es tan preciso como preocupante: más de un cuarto del volumen de hielo se ha perdido, lo que provocó una suba de 4 milímetros en el nivel del mar global.
Patagonia, que concentra los campos de hielo Norte, Sur y Cordillera Darwin —unos 19 mil kilómetros cuadrados en total—, es la región fuera de los polos que más agua dulce pierde en el hemisferio sur. La investigación, realizada con modelos climáticos avanzados y datos satelitales, confirmó que 1350 mil millones de toneladas de hielo se derritieron en 80 años. Sólo en las últimas dos décadas, el promedio de pérdida anual alcanza los 26.5 mil millones de toneladas.
Aunque las nevadas en la región se mantienen constantes, el aumento de la escorrentía superficial —es decir, el agua que se derrite y fluye— se identificó como el factor clave detrás de esta pérdida. El proceso se acelera cuando sube la temperatura, incluso si los aumentos son leves o si el calor llega antes en el año. Ese fenómeno reemplaza la nieve blanca por hielo más oscuro, que absorbe más calor y potencia el deshielo.
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El cambio climático no actúa solo. También se suman los vientos cálidos del norte, producto del desplazamiento de sistemas de alta presión hacia el sur. Como resultado, desde 1940, la temperatura en la Patagonia aumentó un 17% más que el promedio mundial, haciendo aún más vulnerable a esta reserva de agua dulce.
Las proyecciones no son alentadoras: si las condiciones actuales se mantienen, los glaciares podrían desaparecer por completo en unos 250 años. Esto no solo afectaría al nivel del mar, sino que también pondría en riesgo el suministro de agua para comunidades del sur de Chile y Argentina, donde el deshielo estival es vital durante los meses secos.
El estudio advierte que el retroceso glaciar no tiene vuelta atrás. Lo que se derrite, no se recupera. El hielo patagónico se está yendo silenciosamente, y con él, parte del equilibrio climático e hídrico que durante siglos sostuvo la vida en el sur de Sudamérica.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo