Unas 2.800 personas salieron a las calles de Barcelona para exigir límites al turismo masivo, un fenómeno que, según los manifestantes, encarece la vivienda y afecta negativamente la calidad de vida de los vecinos. Barcelona, uno de los principales destinos turísticos de España, enfrenta problemas similares a otras ciudades de Europa y América debido al aumento de pisos para alquiler vacacional.
La marcha, convocada por más de 140 entidades, incluidas asociaciones vecinales, ecologistas y sindicatos, denunció que la masificación turística eleva los precios de la vivienda y provoca la expulsión de residentes de sus barrios. Bajo el lema «¡Basta! Pongamos límites al turismo», los manifestantes portaban pancartas con mensajes como «Decrecimiento turístico, ya» y «Tourist go home» (Turistas fuera).
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El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha anunciado que a partir de noviembre de 2028 no habrá pisos turísticos en la ciudad. Actualmente, se estima que existen unos 10.000 pisos turísticos en Barcelona, aunque se teme que la cifra real sea mucho mayor debido a los alojamientos ilegales. Esta medida se alinea con acciones tomadas por otras ciudades como París, Londres y Nueva York para limitar este tipo de alojamientos.
El manifiesto de la marcha exigía acabar con las injerencias del sector turístico en las políticas públicas y detener el proceso de turistización. Los convocantes también advirtieron sobre el impacto negativo del turismo en el medio ambiente, al generar más contaminación y empeorar la emergencia climática.
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Ante esta situación, los manifestantes demandaron un «plan de decrecimiento turístico» que reduzca la dependencia económica de esta actividad en la ciudad, junto con un plan de diversificación económica. La marcha subrayó la necesidad de cambiar el rumbo del modelo turístico para proteger la vivienda, mejorar la calidad de vida de los residentes y mitigar el impacto ambiental.
Barcelona, con cerca de 1,6 millones de habitantes, recibió el año pasado cerca de doce millones de turistas, según datos del Ayuntamiento. La manifestación refleja el creciente descontento entre los vecinos que sienten que su ciudad se ha convertido en un parque temático turístico en detrimento de su propia habitabilidad.
FUENTE: DW.
FOTO: AP.