Marine Le Pen no se rinde. La líder del partido Agrupación Nacional (RN) apeló la condena que le impuso cinco años de inhabilitación política y cuatro años de prisión por malversación de fondos en el Parlamento Europeo.
La sentencia la había dejado fuera de la carrera presidencial, pero su decisión de recurrir reabre el caso y aplaza cualquier efecto inmediato.
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Junto a ella, once condenados más también presentaron apelaciones. Entre ellos se encuentran figuras claves del partido como Louis Aliot, actual alcalde de Perpiñán; Bruno Gollnisch; el exabogado Wallerand de Saint-Just; y Catherine Griset, diputada y exjefa de gabinete. Todos fueron señalados por emplear como supuestos asistentes parlamentarios a personas que en realidad cumplían funciones para el partido.
El proceso judicial se originó por denuncias de uso indebido de fondos europeos. La Eurocámara, que actuó como acusación particular, también apeló el fallo, al igual que la Fiscalía. Se prevé que el nuevo juicio se lleve a cabo en el primer semestre de 2026, con la intención de emitir sentencia antes del inicio oficial de la campaña presidencial de 2027.
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Le Pen calificó la decisión judicial como “puramente política” y en un reciente acto multitudinario afirmó que “no será la Justicia la que decida el futuro de Francia”. Las reacciones no se hicieron esperar: dirigentes aliados tanto en Francia como en el exterior salieron en su defensa, denunciando una supuesta persecución judicial contra la figura más fuerte de la derecha radical.
De las 24 personas condenadas en total, 12 aceptaron las penas. Un contable fue absuelto. Mientras tanto, la apelación de Le Pen deja en suspenso su exclusión de la política y permite que, por ahora, siga en carrera hacia el Palacio del Elíseo. El proceso, sin embargo, podría marcar un antes y un después en la relación entre la Justicia francesa y el ascenso político de la extrema derecha.
Fuente: DW.
Foto: Olivier Corsan/Le Parisien/IMAGO.