Tomás Barrios Díaz, campeón de la Copa Mundial de Natación de Invierno 2024, compartió su experiencia en aguas heladas sin protección térmica en una charla exclusiva con Radio 3.
Tomás Barrios Díaz, flamante ganador de la segunda edición de la Copa Mundial de Natación de Invierno 2024, celebrada en El Calafate, relató su experiencia en aguas con temperaturas entre 2 y 4 grados bajo cero, una proeza que lo consagró como el mejor en la categoría general. «Este año pude ganar no solo la categoría, sino el campeonato general», expresó con orgullo en diálogo con Radio 3.
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Contando cómo comenzó en la natación en aguas heladas, Barrios Díaz comentó: «Yo empecé a nadar en las costas de Comodoro con traje de neoprene, pero cuando me dijeron que en el mundial era sin traje, casi lo pienso dos veces. No fue fácil al principio, pero con entrenamiento y concentración, se logra». El nadador explicó que la preparación comenzó un año antes del evento, y destacó que el proceso mental es tan importante como el físico.
Nadar en aguas frías presenta riesgos, pero explicó cómo los maneja. «El peligro de hipotermia siempre está, por eso es fundamental el tiempo de exposición. Si estás más de 20 minutos en el agua fría, la recuperación puede tardar hasta 40 minutos, pero con entrenamientos más cortos, la recuperación es más rápida», detalló. También señaló que el proceso de recuperación incluye secarse rápido, abrigarse y tomar una infusión caliente, lo que «te salva la vida».
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Además de los desafíos físicos, nadar en agua helada puede tener beneficios para la salud. Barrios Díaz comentó que se están realizando estudios sobre los efectos positivos, como la mejora de la circulación y el fortalecimiento del sistema inmunológico. «Yo siento una frescura impresionante en todo el cuerpo después de nadar, una sensación que dura horas», relató, mientras explicaba que esa reacción del cuerpo ocurre cuando los poros se dilatan tras salir del agua fría.
El campeón también habló sobre el impacto cultural de la natación en aguas frías, especialmente en los países nórdicos. «En lugares como Finlandia y Estonia, es normal que la gente se meta al agua helada en invierno, e incluso duermen a los bebés afuera para mejorar sus defensas», contó, impresionado por la naturalidad con la que los nórdicos practican esta actividad. «Es algo que aquí en Argentina está comenzando a crecer, y la Copa del Calafate está sumando cada vez más gente».
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En cuanto a la organización de la competencia en El Calafate, explicó que el evento se realiza en una pileta flotante que se coloca en lagos o mares. Sin embargo, este año hubo un cambio de último momento y se realizó en formato de aguas abiertas. «Aunque no fue lo ideal, el próximo año se espera que se pueda montar la pileta flotante como corresponde», adelantó. A pesar de los contratiempos, el evento fue un éxito y dejó maravillados a los participantes, muchos de los cuales nunca habían nadado entre témpanos.
«Es un esfuerzo grande, no solo físico, sino también económico. No soy millonario, y aunque recibo ayuda de algunos sponsors y Chubut Deportes, no es fácil. Aun así, sigo adelante porque es algo que me apasiona», confesó.
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El próximo objetivo de Tomás es la Copa Mundial de Invierno 2026 en Finlandia, pero antes participará nuevamente en El Calafate en 2025. «Tengo tiempo para prepararme y juntar los recursos necesarios para viajar a Finlandia, donde se celebra una de las competencias más importantes del mundo», comentó, mientras alentaba a otros a sumarse a este tipo de actividades en la Patagonia, que tiene condiciones perfectas para entrenar en aguas frías.