Por Edgardo Lillo.- Nos recibió en su lugar de trabajo, en una oficina que su hermana Erica montó al sur de Trelew para emprendimientos inmobiliarios.
“Anita” tiene 27 años (de cáncer, nació el 25 de junio del ’93) y el disminutivo de su nombre surge naturalmente del entorno familiar, donde es la menor de cinco hermanos: “imagínate que Andrés, que es el cuarto, me lleva 11 años (38) y la más grande –Valeria, conocida periodista y locutora- 19”. En el medio, Julieta (45) y Erica (39) son las otras dos hijas de Julia y Elvis, sus padres.
Reservada y amable, aunque asegura ser jodona y charleta en su grupo de amigas, preferentemente el de Cumehue, el múltiple campeón local y siete veces consecutivas campeón Provincial.
“Empecé en el handball a los 12 años, en la Escuela 724 de Barrio Codepro, donde hice el secundario. Tenía como profesores a Marcelo Valencia y Verónica Fiordelli”, recordó. Antes, desde los 8 años, había hecho atletismo y vóley.
Una vez terminado el secundario se sumó a Cumehue, convertido hace 15 años en un club de handball y con el “Flaco” Jorge Molina como la cara visible.
Será su bautismo de fuego en la selección argentina mayor de beach handball que dirige Salvador Comparone. El lunes 8 de junio viajará en avión a Buenos Aires y ese día o más tardar el martes 9 se sumará plantel nacional, donde se encontrará con otras dos chubutenses que también fueron convocadas, la extrema madrynense Tamara Quiroga y la defensora rawsense Sofía Dragonetti.
Trelew ya tiene un antecedente rutilante con una jugadora de handball, el caso de la “Zurda” Agustina Torres, que en 2017 integró la selección argentina Juvenil que logró el tercer puesto en el Mundial de la categoría, en Islas Mauricio.
La selección femenina de beach trabajará en triple turno hasta el domingo 14, con evaluaciones físicas, técnicas y tácticas en el predio del CENARD.
“Mantuve el secreto tres semanas, me gusta guardarme las cosas lindas para mí, hasta que también salió la convocatoria de las otras dos chicas y lo hicimos público”, expuso la hincha del Barcelona, aunque fanática de todos los deportes, sobre todo cuando involucran a los argentinos: “miraba a los Spurs por Ginóbili, ahora a Denver por Campazzo, fútbol, vóley, tenis, me gustan todos”.
Sin embargo, perjura que no negocia su devoción por el handball: «no hay un día de mi vida que deje de pensar en esto, en mi familia se respira handball”.
Le dedica unas seis horas al día en los tiempos de máxima exigencia: una hora y media en el gimnasio y por ahí dobles turnos de dos horas con el equipo.
“Anita” ya integró diferentes seleccionados provinciales en los Juegos Evita de Cadetes y Juveniles.
En el handball indoor juega de extremos por ambos costados, pero en el beach va más por el centro: “la velocidad y el lanzamiento hacia adelante son mis dos fuertes”, señala la joven trelewense.
Con Cumehue vienen de ser sextas en la segunda edición de la Copa Argentina que se jugó días pasados en Madryn. Pero en el 2020 en Viedma integró un combinado con chicas de Trelew, Madryn y una de Esquel que hizo podio con un tercer puesto.
“El beach era antes más relajado, una cuestión más de encontrarse, pero en los últimos años el nivel ha levantado mucho, se está jugando tan en serio como el indoor. Es bastante diferente, pero en Río Negro y Chubut se juega beach hace como 20 años”, destaca.
“Claro que sueño con un Juego Olímpico, como toda deportista, pero prefiero mantener los pies sobre la tierra, ahora me toca disfrutar de esta convocatoria a la selección argentina”, remarcó “Anita” en el final.