«La posición de Argentina es clara y pública. Las islas Malvinas estuvieron dos años en aislamiento por decisión del Gobierno británico bajo el pretexto de la pandemia y se ofrecieron otras opciones. Un vuelo entre Brasil y Argentina es inviable debido a la intransigencia británica, que rechazó varias opciones y propuestas de Argentina», subrayaron los portavoces a esta agencia.
Además, las fuentes de la Cancillería recordaron que el Gobierno argentino ofreció en su momento «un vuelo directo desde territorio continental hacia las islas y la propuesta fue rechazada por los isleños».
«No se puede presumir mala predisposición por parte de la Argentina en esta cuestión cuando es la propia Argentina la que está ofreciendo mejorar la conectividad aérea de las islas con decisiones concretas en favor de tal situación», profundizaron sobre ese punto desde el Palacio San Martín.
Y para dar ejemplos de esa disposición, detallaron «los vuelos humanitarios ofrecidos para la Navidad de 2021, cuando las islas no tenían vuelos; la insistencia en el restablecimiento del vuelo Punta Arenas-Malvinas, finalmente aceptado; y el vuelo directo entre Malvinas y una ciudad del territorio continental argentino».
Esta última propuesta no fue aceptada, lo que para el Estado argentino deja al descubierto la paradoja de que «algo que sería absolutamente beneficioso para quienes viven en las islas es imposibilitado por el aislamiento colonial que promueve el propio gobierno británico».
Los portavoces de la Cancillería se expresaron de este modo en respuesta a una información difundida por el portal uruguayo Mercopress bajo el título «A pesar de obstrucción argentina, Falklands no descarta otras opciones para un segundo vuelo comercial a las islas».
La información, divulgada el viernes pasado, citaba declaraciones del legislador isleño Mark Pollard, miembro de la Asamblea de Malvinas (que el Estado argentino considera ilegítima), en las que decía que «Falklands (Malvinas) no descarta nada», incluso reanudar el vuelo original con Brasil, «si es que hay cambio de posiciones del otro lado del agua».
De acuerdo a esa información, el autodenominado gobierno de las «islas Falkland» (autoridad que la Argentina no reconoce y considera ilegal), al igual que los supuestos legisladores, «están a la búsqueda de opciones alternativas para un segundo vuelo hacia y desde las islas, en reemplazo del vínculo aéreo con Brasil».
En declaraciones al medio Penguin News, Pollard dijo que desde las islas estaban en «conversaciones con (la aerolínea brasileña) Latam Brasil» con el propósito de sumar otra ruta área hacia las islas, para así sumar un segundo vuelo al que con acuerdo argentino se restableció en junio de 2022, entre Malvinas y la ciudad chilena de Punta Arenas.
Siempre según ese medio, Pollard mencionó la posibilidad de «reintroducir el vínculo aéreo en el futuro mediante Latam Brasil» pero en paralelo declaró que «el gobierno de las islas está considerando conexiones alternativas para el establecimiento de un segundo vuelo comercial hacia y desde las Falklands (Malvinas)».
El 2 de marzo, el canciller Santiago Cafiero, en el marco de la cumbre del G20 en la India, le informó a su par británico, el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Mancomunidad y Desarrollo James Cleverly, que la Argentina daba por finalizado el comunicado del 13 de septiembre de 2016 conocido como «Foradori-Duncan», por considerarlo «lesivo» de los intereses argentinos.
En esa ocasión, Cafiero propuso a Londres retomar las negociaciones por la soberanía de las islas tras el conflicto iniciado por la usurpación británica de 1833, y planteó que esas tratativas debían quedar formalmente encuadradas dentro del marco de la Resolución 2065 de la asamblea general de la ONU.
Al transmitir la propuesta, el canciller mencionó incluso que entre los «temas de interés mutuo» que debían abordarse en la negociación estaba «la conectividad aérea y marítima de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes con el territorio continental argentino», como también el establecimiento de «medidas prácticas tendientes a garantizar los intereses y modo de vida de los habitantes de las islas».
En este último punto, Cafiero planteó a su par británico la conveniencia de favorecer «el desarrollo de vínculos culturales, económicos, sanitarios, educativos y otros entre las islas Malvinas y el territorio continental argentino».
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