Cada 3 de julio, Argentina celebra el Día Nacional del Locutor, una fecha que recuerda la fundación de la Sociedad Argentina de Locutores (SAL) en 1943, un paso clave en la organización y profesionalización del trabajo de quienes ponen la voz al servicio de la comunicación. La efeméride rinde homenaje a quienes acompañan, informan y emocionan a través de la palabra.

La historia comienza con Jorge Homar Del Río, expiloto y figura radial de la época, quien impulsó la creación de un organismo que reuniera a los locutores del país. La idea fue bien recibida, y gracias al apoyo del editor Julio Korn, se concretó una reunión clave en la Avenida Corrientes 830, en Buenos Aires. Allí participaron figuras como Roberto Galán, Pedro Del Olmo y Pedro Valdez, entre otros.
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El resultado fue la fundación de la SAL, una entidad que desde sus inicios buscó mejorar las condiciones laborales de los locutores y establecer criterios profesionales comunes. En 1950, durante el Congreso Nacional de Locutores, se oficializó el 3 de julio como el Día del Locutor, conmemorando aquella primera asamblea organizativa.
La creación posterior del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), en 1950, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, marcó un antes y un después. El instituto se convirtió en una pieza clave en la formación académica de locutores, que luego se expandieron a la televisión, la publicidad y eventos masivos.
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Desde Madgalena Ruiz Guiñazú hasta Juan Alberto Badía, pasando por Cacho Fontana, Héctor Larrea, Elizabeth Vernaci, Fernando Bravo y Lalo Mir, Argentina ha dado grandes voces que forman parte de la memoria colectiva. Hoy, en su honor, el micrófono se vuelve símbolo de identidad cultural, trabajo y pasión por comunicar.
Fuente: La Nación.