La Organización Mundial de la Salud advierte que trabajar más de 55 horas semanales aumenta el riesgo de muerte por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. La falta de flexibilidad y el sedentarismo agravan el panorama.
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Mientras algunos países promueven semanas laborales más cortas, como Islandia o Dinamarca, otros avanzan en la dirección opuesta. En julio de 2024, Grecia autorizó semanas laborales de seis días para ciertos sectores, reavivando el debate sobre los límites saludables del trabajo. Según un informe conjunto de la OMS y la OIT, el exceso de trabajo es responsable de más de 745.000 muertes al año por causas como infartos y accidentes cerebrovasculares.
Trabajar más de 55 horas semanales mantiene al cuerpo en un estado de alerta constante, elevando los niveles de cortisol, lo que afecta el sueño, la presión arterial, el sistema inmune y la salud mental. Incluso la tradicional semana de 40 horas no está exenta de riesgos. Estudios muestran que este régimen también se asocia con altos niveles de estrés y afecciones crónicas si no se contrarresta con actividad física y descanso adecuado.
Además del impacto hormonal y cardiovascular, trabajar demasiadas horas reduce el tiempo disponible para hábitos saludables: dormir, comer bien, hacer ejercicio o compartir momentos con seres queridos. El sedentarismo prolongado, especialmente entre trabajadores de oficina, también incrementa el riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión y dolores lumbares.
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El concepto de la «paradoja de la actividad física» afecta a quienes tienen trabajos manuales intensos. Aunque mantenerse activo fuera del horario laboral es beneficioso, la actividad física forzada durante el trabajo, sin pausas ni control sobre su intensidad, puede dañar la salud cardiovascular a largo plazo.
Por otro lado, la flexibilidad laboral aparece como una solución efectiva. Investigaciones indican que quienes pueden ajustar sus horarios o gestionar su carga laboral muestran menos signos de ansiedad y depresión. Así, la clave no solo estaría en reducir las horas de trabajo, sino en mejorar las condiciones y el control sobre el entorno laboral.
Fuente: National Geographic
Foto: BBC