En 2021, Nylah Anderson, una niña de 10 años, encontró un video en TikTok que cambiaría su vida para siempre. El video, parte del peligroso «desafío del apagón», alentaba a las personas a participar en actos de autoasfixia, y terminó con la vida de Nylah. Aunque su muerte fue accidental, el caso provocó una profunda reflexión sobre el papel de los algoritmos en las redes sociales y la responsabilidad que tienen estas plataformas.
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El caso no solo fue devastador para la familia de Nylah, sino que también abrió la puerta a un debate legal en torno a la responsabilidad de las empresas tecnológicas. Un tribunal de apelaciones en Estados Unidos determinó que TikTok podría ser considerado responsable por haber mostrado el video de este peligroso desafío en la página «Para ti» de Nylah, a pesar de que ella no lo buscó. Esta decisión podría marcar un antes y un después en la regulación de las plataformas de redes sociales y sus algoritmos.
El centro del debate legal gira en torno a quién es responsable de la muerte de Nylah. Claramente, no se puede culpar a una niña de 10 años que no comprendía el riesgo. Pero, ¿hasta qué punto puede responsabilizarse a la persona que creó el video y a TikTok, cuya plataforma promovió el contenido peligroso? El algoritmo, en este caso, juega un papel clave, ya que actúa como un «curador» de contenido, sugiriendo videos basados en los intereses del usuario, lo que aumenta su influencia.
En otros ámbitos, como en la vida real, la persona que sugiere un comportamiento tan peligroso a un niño sería considerada culpable de incitación. Entonces, ¿por qué no aplicar el mismo criterio a TikTok? Los críticos argumentan que la plataforma tiene un poder inmenso sobre lo que los usuarios ven, especialmente los más jóvenes, que son más susceptibles a influencias dañinas.
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El caso de Nylah podría ser un hito en la historia de la regulación de Internet. La creciente presión para que las plataformas asuman responsabilidad por el contenido que sugieren a través de sus algoritmos podría llevar a una reforma significativa. En última instancia, lo que está en juego es la seguridad de los niños que utilizan estas plataformas sin supervisión constante.
Fuente: Infobae.
Foto: Investopedia.
