Un equipo de químicos de la University College de Londres (UCL) ha logrado crear los espaguetis más finos del mundo, con un diámetro de solo 372 nanómetros, 200 veces más delgados que un cabello humano.
Aunque estos «espaguetis» no están destinados a la cocina, sí prometen revolucionar áreas clave de la medicina regenerativa. Los investigadores desarrollaron una técnica sencilla y más ecológica para producir nanofibras utilizando harina, un ingrediente rico en almidón, el cual tiene el potencial de ser utilizado en aplicaciones médicas como vendajes para heridas y andamiajes para la regeneración ósea.
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Las nanofibras de almidón, producidas por muchas plantas verdes, se han considerado de gran interés para la medicina. Estas fibras, debido a su estructura porosa, pueden ser empleadas en apósitos que faciliten la cicatrización de heridas, en andamiajes que ayuden a regenerar tejidos y en sistemas de administración de fármacos. Sin embargo, el proceso convencional para extraer y purificar el almidón de las células vegetales es costoso en términos de energía y recursos. Por esta razón, los científicos de la UCL optaron por una alternativa más amigable con el medio ambiente: producir las nanofibras directamente de la harina.
El equipo superó obstáculos técnicos significativos para observar las nanofibras, ya que su tamaño diminuto hacía que las técnicas convencionales no fueran suficientes. Utilizaron un microscopio electrónico de barrido para obtener imágenes claras de las fibras. Adam Clancy, uno de los investigadores, explicó que el proceso involucra aplicar una carga eléctrica a una mezcla de agua y harina, arrastrando el líquido a través de agujeros metálicos para formar las fibras ultrafinas, un proceso denominado ‘electrospinning’.
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Gareth Williams, otro autor del estudio, destacó el potencial de estas nanofibras para ser utilizadas en vendajes para heridas, debido a su porosidad. Además, las propiedades de estas nanofibras las hacen adecuadas para servir como soporte en la regeneración ósea, ya que simulan la matriz extracelular que las células utilizan para sostenerse. Los próximos pasos del equipo incluyen investigar cómo estas nanofibras interactúan con las células y estudiar su comportamiento en aplicaciones médicas a gran escala.
Con esta innovadora creación, los científicos de la UCL abren nuevas posibilidades en el campo de la medicina regenerativa, proponiendo una alternativa más sostenible y eficaz para el tratamiento de lesiones y enfermedades.
Fuente: DW.