Científicos del CONICET revelaron cómo evolucionó el sistema nervioso de Bagualia alba, un gigante herbívoro que vivió hace 179 millones de años en Chubut.
Un equipo de investigadores del CONICET logró reconstruir por primera vez el cerebro, el oído interno y la red neurovascular de un dinosaurio saurópodo que habitó la Patagonia durante el Jurásico Temprano. El estudio se centró en Bagualia alba, un ejemplar de 12 metros de largo y 10 toneladas, y fue publicado en la revista científica Papers in Palaeontology.
La investigación, liderada por el becario posdoctoral Kevin Gomez del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET–UNRN), permitió conocer detalles clave sobre la evolución sensorial y cerebral de estos animales gigantes. En el trabajo también participaron Ariana Paulina-Carabajal, Diego Pol y José Carballido.
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Mediante una tomografía computada del cráneo fosilizado, se obtuvieron modelos 3D del cerebro y estructuras asociadas, que luego fueron comparados con los de otros saurópodos. Se analizaron aspectos como el desarrollo del oído, la glándula pituitaria y los nervios craneales, y se relacionaron con su modo de vida, locomoción y dieta.
Entre los hallazgos, se detectó que Bagualia tenía un olfato moderado, escasa movilidad en la cabeza y la mirada, y un sistema de equilibrio poco sofisticado. Su cerebro era pequeño en relación al cuerpo, aunque algo mayor que el de otros saurópodos similares. Además, presentaba una glándula pituitaria muy desarrollada, asociada al crecimiento acelerado que caracterizó a estos animales.
El estudio sugiere que los cambios sensoriales en estos dinosaurios herbívoros ocurrieron más lentamente que los cambios físicos. Esto contrasta con sus ancestros del Triásico, que eran más pequeños, bípedos y ágiles, con un olfato más agudo y una dieta variada.
Los científicos destacan que este trabajo aporta nueva información sobre un período poco conocido en la evolución de los saurópodos. Al estudiar la neuroanatomía de uno de los primeros gigantes, se avanza en la comprensión de cómo fue el desarrollo sensorial y cerebral en estos colosos prehistóricos.
Fuente y fotos: CONICET.