El Gobierno de Reino Unido, este martes, presentó un plan de defensa que incluye la ampliación de su arsenal de armas nucleares por primera vez desde la caída de la Unión Soviética en 1991, el señalamiento de Rusia y China como principales «amenazas» para la seguridad y la ratificación de mantener una «presencia militar permanente» en las Islas Malvinas.
De esta forma, el gobierno británico prometió elevar el techo máximo de su arsenal de ojivas nucleares de 180 a 260, lo que supone un aumento de casi 45%, según la revisión que presentó hoy el primer ministro conservador Boris Johnson ante el Parlamento.
Al respecto, Boris Johnson, premier en la Cámara de los Comunes, explicó: «La revisión describe cómo reforzaremos nuestras alianzas, fortaleceremos nuestras capacidades, encontraremos nuevas formas de alcanzar soluciones y volveremos a aprender el arte de competir contra Estados con valores opuestos».
Uno de los puntos salientes de su plan, expresado en un documento de más de 110 páginas, es el aumento a 260 del número máximo de ojivas que el país está autorizado a almacenar.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, sostuvo: «Dado que las circunstancias y las amenazas cambian con el tiempo, necesitamos mantener un nivel mínimo y creíble de disuasión». Al mismo tiempo, agregó que «esta es la garantía última, la póliza de seguros última contra las peores amenazas de los estados hostiles».
El documento aborda conjuntamente temas como la seguridad nacional, la política exterior y el enfoque del Reino Unido en la economía mundial tras el Brexit, y establece objetivos internacionales y cómo trabajará con sus aliados para alcanzarlos.
En ese sentido expresa que las «las fuerzas armadas mantendrán un presencia permanente» en las Islas Malvinas, cuya soberanía es reclamada por Argentina y que la ONU en distintas resoluciones instó a un diálogo bilateral que Londres incumple.
El Gobierno británico indicó en su plan que buscará en profundizar los lazos con Brasil y México, fortaleciendo alianzas en comercio, innovación, clima, seguridad y desarrollo, así como trabajar con Argentina, Chile y Colombia, pero aclara que Reino Unido «seguirá defendiendo» las Malvinas y las otras dependencias que llama Territorios de Ultramar.
Por otro lado, el informe advierte de la «posibilidad realista» de que un grupo terrorista «logre lanzar un ataque CBRN [químico, biológico, radiológico o nuclear) de aquí a 2030».
El texto presenta principalmente como una «amenaza activa» a la Rusia de Vladimir Putin y, en ese sentido, Johnson recordó que hace tres años ocurrió el envenenamiento en la ciudad inglesa de Salisbury del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia y que pocos meses después murió una británica, Down Sturgess, que había encontrado restos del agente neurotóxico Novichok utilizado en aquel ataque, atribuido al Kremlin que negó cualquier participación.