La Policía de Transporte Británica autorizó a agentes transgénero con certificado de género a realizar registros íntimos a mujeres, desatando críticas por presunta vulneración de derechos.
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Un nuevo documento emitido por la Policía de Transporte Británica (BTP, por sus siglas en inglés) permite que agentes transgénero con certificado de reconocimiento de género (GRC) realicen registros íntimos a personas del género con el que se identifican, incluso si son biológicamente del sexo opuesto. La medida, aprobada en septiembre, ha generado un intenso debate sobre los derechos de las mujeres y la privacidad personal.
La directriz establece que los agentes pueden llevar a cabo cacheos que incluyan quitarse prendas de ropa, como abrigos o calzado, e incluso registros corporales más invasivos. Según la BTP, el género del agente debe ser reconocido según el GRC, independientemente de que hayan cambiado legalmente de sexo.
Organizaciones como Sex Matters y figuras públicas han calificado la medida de «agresión sexual sancionada por el Estado». Cathy Larkman, exsuperintendente de policía y dirigente de la Red de Derechos de las Mujeres, expresó que esta política podría presionar a oficiales femeninas para registrar a hombres transgénero o forzar a mujeres a ser inspeccionadas por hombres que se identifican como mujeres.
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La organización Sex Matters advirtió que esta política podría ser traumática para las mujeres y anunció su intención de emprender acciones legales, argumentando que viola los derechos humanos y representa una forma de acoso y discriminación.
Frente a las críticas, la BTP ha señalado que las personas detenidas pueden solicitar ser revisadas por otro oficial si se sienten incómodas. Sin embargo, esto no ha calmado las preocupaciones de la sociedad civil.
La medida recuerda un caso anterior en el que una política similar, adoptada por el Consejo Nacional de Jefes de Policía, fue retirada en enero tras un aluvión de protestas.
Fuente y foto: Actualidad