El Teatro Nacional Cervantes reaviva una parte fundamental de la cultura popular argentina con La revista del Cervantes, una apuesta artística que trae de vuelta el espíritu de la revista porteña.
Con cincuenta artistas en escena, música en vivo y una escenografía vibrante, la puesta combina homenaje y actualidad, haciendo del rescate de este género una fiesta más que una elegía.
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La trama gira en torno a Enrique Pinti y Tato Bores, dos capocómicos que intentan ingresar al cielo desde un limbo lleno de trámites burocráticos. Esta excusa argumental, tan absurda como efectiva, permite recorrer décadas de historia del espectáculo revisteril, con sus plumas, chistes políticos y vedettes deslumbrantes. Mónica Antonópulos, como la recepcionista angelical, sueña con ser la primera vedette, aportando humor y ternura a la historia.
El libro, escrito por un talentoso equipo que incluye a Sebastián Borensztein (hijo de Tato Bores), revisita con respeto y picardía una tradición teatral muchas veces subestimada. Dirigida con precisión por Pablo Maritano, la puesta despliega talento en todos los frentes: canto, baile, actuación, vestuario y escenografía. Entre los intérpretes se destacan Marco Antonio Caponi, Alejandra Radano y Carlos Casella, junto con la Compañía Nacional de Danza Contemporánea y la Orquesta del Cervantes en vivo.
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Momentos memorables se suceden sin pausa: un tango cantado con el alma, un partido de fútbol en cámara lenta, un coro travestido, y monólogos cargados de crítica y emoción. La curaduría del dramaturgo Gonzalo Demaría permitió rescatar materiales históricos del teatro, como partituras originales y vestuarios centenarios, que ahora relucen como joyas en escena.
La revista del Cervantes no es solo un tributo al pasado: es un espectáculo vibrante que conecta con una Argentina que supo reírse de sí misma. A través del humor y la nostalgia, la obra recupera el poder sanador del teatro y celebra la identidad nacional desde sus contradicciones, con lentejuelas, risas y emoción compartida.
Fuente: TN.