Rumania vivirá este domingo 18 de mayo una jornada clave con la celebración de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Tras la caída del gobierno de coalición y la anulación del proceso electoral anterior por injerencia extranjera, el país enfrenta un escenario de gran incertidumbre.
El ultranacionalista George Simion, líder de la formación AUR (Alianza para la Unión de los Rumanos), llega como el principal favorito. Con un discurso soberanista y crítico de la Unión Europea, propone un modelo inspirado en la Hungría de Viktor Orbán y se distancia del apoyo a Ucrania.
Su oponente, Nicusor Dan, alcalde de Bucarest y candidato independiente de perfil proeuropeo, busca atraer a los votantes indecisos con un mensaje anticorrupción y de estabilidad institucional. Sin embargo, parte con una gran desventaja tras obtener solo el 21 % en la primera vuelta.
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Las encuestas muestran a Simion con una ligera ventaja que ronda el 52 %, aunque algunos sondeos indican un empate técnico. De confirmarse su triunfo, se espera un cambio drástico en la política exterior rumana y posibles tensiones con Bruselas.
Simion ha prometido designar como primer ministro a Calin Georgescu, una figura polémica con vínculos prorrusos, actualmente inhabilitado para ocupar cargos presidenciales. Esto podría abrir un conflicto constitucional y una eventual convocatoria a nuevas elecciones legislativas.
El resultado de estos comicios no solo definirá la política interna, sino también la posición geoestratégica de Rumania en Europa del Este. Con un Ejecutivo provisional y una ciudadanía dividida, el país se prepara para un nuevo capítulo incierto.
Fuente: DW.
Imagen: Malina Norocea/Inquam Photos/REUTERS.