Los sueños lúcidos pueden mejorar el bienestar emocional, reducir el insomnio y ofrecer una oportunidad para desarrollar habilidades. Aunque no todos los experimentan naturalmente, es posible aprender a inducirlos.
Historia de los sueños lúcidos: Aunque existen referencias históricas de la consciencia onírica, fue en 1913 cuando el psiquiatra holandés Frederik Van Eeden acuñó el término «sueño lúcido». Investigaciones recientes, como las de Stephen LaBerge en la década de 1980, han demostrado que ocurren durante la fase REM del sueño.
Beneficios y tradiciones: Los sueños lúcidos pueden aumentar la creatividad, mejorar habilidades y proporcionar consuelo emocional. Tradiciones como el yoga del sueño del budismo tibetano buscan el control intencionado de estos sueños, lo que, según Michael Sheehy, puede generar flexibilidad cognitiva y nuevas perspectivas.
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Aplicaciones científicas y personales: Ken Paller, neurocientífico de la Universidad Northwestern, destaca que los sueños lúcidos permiten correlacionar informes subjetivos con datos cerebrales. A nivel personal, estas experiencias pueden ser terapéuticas, ayudando a procesar el duelo o perfeccionar habilidades motoras.
Un ensayo mental eficaz: Los sueños lúcidos también pueden ser útiles para practicar habilidades, como sugieren estudios que los vinculan a un mejor rendimiento en deportes y actividades cotidianas.
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Tratamiento de pesadillas e insomnio: Si una persona logra tener un sueño lúcido, puede modificar el resultado de sus pesadillas, reduciendo la ansiedad y promoviendo una experiencia más reparadora.
Técnicas para inducir sueños lúcidos: Entre las técnicas más utilizadas están la «comprobación de la realidad», la «inducción mnemotécnica de sueños lúcidos» y la técnica de «despertar y volver a la cama». Todas buscan aumentar la consciencia durante el sueño y pueden ser combinadas para mayor efectividad.
Fuente: National Geographic.
Foto: Ivan Oboleninov.