Svalbard, una ciudad en Noruega, enfrenta la noche polar cada año desde mediados de noviembre hasta finales de enero, cuando el sol no aparece por 84 días.
A pesar de la oscuridad, sus habitantes siguen con sus rutinas diarias, como ir al trabajo y a la escuela, adaptándose al clima extremo con linternas y ropa reflectante.
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Las auroras boreales son un espectáculo habitual, y la comunidad organiza actividades como paseos en trineo de perros.
Durante esta época, las temperaturas pueden descender hasta los -16 grados Celsius, lo que lleva a la población a realizar ajustes en su vida cotidiana. El Festival del Sol marca el regreso de la luz en marzo, con una celebración comunitaria.
Fuente: Infobae.
Foto: Tom Lamm.