Un hombre es investigado por provocar accidentalmente uno de los incendios que devastaron el sureste del país, dejando 30 muertos y miles de evacuados.
Los siniestros, que arrasaron unas 48.000 hectáreas, causaron la muerte de al menos 28 personas, incluidos dos bomberos y un piloto de helicóptero, además de dejar a 37 personas heridas.
El desastre ha provocado la evacuación de 27.000 personas y amenaza sitios históricos protegidos por la Unesco. Entre las víctimas hay al menos tres bomberos y el piloto de un helicóptero que se estrelló en una zona montañosa.