Científicos hallaron en ámbar el fósil de una avispa prehistórica con una estructura nunca antes vista, similar a la Venus atrapamoscas.
Un equipo de investigadores descubrió en Myanmar el fósil de Sirenobethylus charybdis, una avispa de 99 millones de años con una característica extraordinaria: su abdomen tenía solapas con cerdas finas que recuerdan a la planta carnívora Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula).
Un mecanismo único en el reino animal
El abdomen de esta avispa parásita funcionaba como una trampa para sostener a sus presas, permitiéndole depositar sus huevos dentro de otros insectos. Este mecanismo es similar al de las avispas cuco y betílidas actuales, pero con una estructura nunca antes vista en ningún otro insecto.
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Un fósil atrapado en ámbar
Los científicos encontraron más de una docena de hembras de Sirenobethylus charybdis preservadas en ámbar en la región de Kachin, al norte de Myanmar. El hallazgo aporta nuevas pistas sobre la biodiversidad prehistórica y las sorprendentes adaptaciones de los insectos del Cretácico.
Un nombre con inspiración mitológica
El nombre de la avispa hace referencia a Caribdis, el monstruo marino de la mitología griega que creaba violentos remolinos. La investigación, publicada en la revista BMC Biology, contó con la participación de expertos de China y Dinamarca.
Un vistazo al pasado de los insectos
El entomólogo Gabriel Melo, de la Universidad Federal de Paraná en Brasil, destacó la importancia de estos hallazgos para comprender la evolución de los insectos. «Muchas cosas realmente excepcionales y extrañas ya sucedieron en la prehistoria», afirmó.
Fuente: DW.
Foto: Imagen: Qiong Wu/AP.