Zelenski partió de Hiroshima luego de asistir al encuentro de dos días con el presidente estadounidense, Joe Biden, y los demás líderes del grupo de los siete países más ricos -Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia-, y con otros invitados.
Una esperada bilateral entre Zelenski y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el único líder latinoamericano invitado a la cumbre, finalmente no se concretó por problemas mutuos de agenda, dijeron los Gobiernos de Ucrania y Brasil.
Poco después de la llegada de Zelenski a Japón, ayer, Rusia aseguró que capturó la oriental ciudad de Bajmut, escenario de la más larga y sangrienta batalla desde que comenzó la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
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Sin embargo, Zelenski afirmó hoy al término de la cumbre que Rusia no ocupaba todavía Bajmut, luego de haber dicho horas antes que en la ciudad no quedaba nada y que ya estaba en los «corazones» de los ucranianos.
Tras colocar unas flores en un monumento en memoria a las víctimas del bombardeo atómico estadounidense de 1945 en Hiroshima, el presidente ucraniano comparó aquel ataque con la situación actual en Bajmut.
«Las fotos de Hiroshima me recuerdan a Bajmut. No hay absolutamente nada vivo, todos los edificios están destruidos […] Una destrucción absoluta y total», señaló.
Pero prometió que, como Hiroshima, Ucrania también se recuperará.
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Este domingo, se reunió con Biden, quien prometió a Kiev nuevos envíos de armas, municiones y vehículos blindados por valor de unos 375 millones de dólares, días después de permitir a sus aliados el suministro de aviones de combate F-16 a Ucrania.
Biden aseguró que los países occidentales que apoyan a Kiev «no vacilarán» ante la ofensiva rusa en Ucrania ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin.
«Putin no romperá nuestra determinación [de apoyar a Kiev] como creía que podía hacer», señaló, informó la agencia de noticias AFP.
«Los dirigentes del G7 invitaron a su reunión al jefe de filas del régimen de Kiev, al que controlan, y transformaron el evento de Hiroshima en un espectáculo de propaganda», dijo hoy el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un comunicado.
Según la nota, la reunión del G7 en Japón se caracterizó por un «conjunto de declaraciones llenas de odiosos pasajes antirrusos y antichinos».
«Bajo el liderazgo de los anglosajones, maduran iniciativas destructivas que socavan la estabilidad global», agregó el comunicado.
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La presencia de Zelenski en Hiroshima colocó a la invasión rusa de Ucrania en el centro de los debates del G7, y eclipsó otras temáticas importantes, como las relaciones de los aliados con China y discusiones relacionadas al cambio climático.
Con esta invitación «hemos mostrado la solidaridad inquebrantable del G7 con Ucrania», afirmó el primer ministro japonés, Fumio Kishida, anfitrión de la cumbre.
En sus sucesivas reuniones, Zelenski trató de reunir apoyos para un plan de paz de diez puntos, centrado en exigir a Rusia su retirada del territorio ucraniano.
Pero la ofensiva diplomática del presidente ucraniano no fue del todo redonda.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que participó de la cumbre del G7 como invitado, no se reunió con su homólogo ucraniano cara a cara por incompatibilidad de agenda, según dijeron el propio Zelenski y el Gobierno de Brasil.
Lula, único representante latinoamericano en la cumbre, siempre se mostró reacio a condenar la incursión rusa en Ucrania, y causó cierta controversia el mes pasado al declarar que Estados Unidos debía dejar de «alentar la guerra».
También condenó la «violación de la integridad territorial de Ucrania» y lanzó llamados al diálogo en las discusiones del grupo.
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Sin embargo, criticó hoy a los países del Consejo de Seguridad de la ONU, cuyos miembros permanentes son Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido, instó a una reforma con mayor representación para los países emergentes y también defendió «la consolidación del G20».
«Los miembros permanentes perpetúan la larga tradición de librar guerras no autorizadas, ya sea con fines de expansión territorial o de cambio de régimen», señaló, en referencia a la invasión de Irak por parte de una coalición liderada por Estados Unidos en 2003.
Asimismo, Lula hizo referencia a la negociación de la deuda externa de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al asegurar que las condiciones impuestas por el FMI «destrozan» al país, e intercedió a favor del Gobierno de Alberto Fernández ante la directora general del organismo, Kristalina Georgieva.
Al ser preguntado sobre si estaba decepcionado por no haber podido hablar directamente con el presidente brasileño, Zelenski respondió: «Creo que es él quien está decepcionado».
Sí se reunió con el primer ministro indio, Narendra Modi, que declaró que India hará «todo lo posible» por resolver el conflicto, una promesa que Zelenski celebró.
También mantuvo reuniones con el primer ministro británico, Rishi Sunak, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Por su parte, el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, advirtió que «Rusia no debe apostar por que, si resiste lo suficiente, el apoyo a Ucrania terminará debilitándose».
La presencia del presidente ucraniano en el G7 es «una forma de construir la paz», consideró el domingo el presidente francés, Emmanuel Macron.
Telam