Agustín de la Fuente, presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), advirtió. en diálogo con Radio 3, que “hay más de 113 buques tangoneros congeladores amarrados en los puertos” por falta de condiciones para operar. La situación, según explicó, se vuelve cada vez más insostenible.
De la Fuente remarcó: “Venimos manifestando formalmente ante las autoridades que hay una emergencia para declarar. Nuestras estructuras de costos están muy dañadas y no somos competitivos en el mundo”. La falta de adaptaciones en los convenios colectivos de trabajo es uno de los principales factores señalados por el empresario.
«Hay un costo laboral de más del 60%, donde no es viable y no es rentable esa pesquería, los precios de referencia de los convenios colectivos de trabajo han quedado anclados en el 2005, no tienen nada que ver con la realidad», indicó.
Otro de los problemas estructurales es el bajo consumo de pescado en el país. “Tenemos un consumo interno muy bajo, alrededor de 4,8 kilos por persona, cuando en Europa superan los 25 kilos”, señaló. En este sentido, propuso un plan cultural y educativo que incentive su incorporación como parte de una dieta saludable.
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“Argentina tiene que posicionarse con un programa consistente. Hablamos de un calendario nutritivo y educativo, de una experiencia gastronómica que forme parte de nuestra forma de comer”, planteó el presidente de CAPIP, al destacar el potencial del país en la producción de proteínas del mar.
El panorama se complica aún más con los altos aranceles internacionales. “Pagamos un 12% de arancel para ingresar nuestro langostino a la Unión Europea porque aún no se firmó el acuerdo con el Mercosur”, sostuvo. A eso se suman las retenciones internas, tasas municipales, costos de energía y combustible.
De la Fuente fue categórico al afirmar: “Hoy estamos perdiendo plata desde las empresas. Hay convenios anclados al año 2005 que ya no reflejan la realidad del mercado actual”. Según explicó, más del 60% de los costos operativos de la flota congeladora se destinan a salarios, lo que torna inviable la rentabilidad.
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La CAPIP propuso una revisión de esos acuerdos para recuperar un 30% de rentabilidad. “No se trata de una postura caprichosa ni de imponer condiciones. Queremos un equilibrio que permita seguir generando trabajo, pero si no se adapta la estructura de costos, los barcos van a seguir amarrados”, concluyó.
El reclamo ya fue presentado formalmente ante el Consejo Federal Pesquero. “Los números están sobre la mesa, son transparentes y serios. Ahora falta que del otro lado haya voluntad de verlos”, sentenció De la Fuente, visiblemente preocupado por el futuro del sector.