En Corea del Sur, la promesa del principal sindicato de Samsung Electronics, que representa a 28.000 empleados de la empresa, es intensificar el movimiento social.
«Hemos intentado resolver este asunto a través del diálogo», dijo el Sindicato Nacional de Samsung Electronics, que representa a un 20% de la plantilla, es decir, unos 28.000 trabajadores.
Pero «no podemos aguantar más la persecución contra los sindicatos. Declaramos una huelga frente a la negligencia de la compañía hacia los trabajadores», agregó.
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El presidente del sindicato, Son Woo-mok, explicó que la plantilla aceptó el aumento salarial propuesto por la empresa, pero reclama un día de vacaciones más y «un sistema transparente para medir la prima de rendimiento en función del beneficio de las ventas».
Nunca antes en la historia del gigante de los semiconductores, con su cultura laboral ultrarrígida, los representantes de los trabajadores habían hecho una amenaza semejante. Hay que tener en cuenta que el primer sindicato nació oficialmente en 2018, después de que el grupo reprimiera duramente durante mucho tiempo cualquier intento de organizar a los trabajadores.
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En las últimas semanas, los empleados se han manifestado para presionar a la dirección y obtener mejoras salariales y un día más de vacaciones. Ante el estancamiento de las negociaciones, los sindicatos hicieron un llamamiento a todos los empleados, en una rueda de prensa celebrada el miércoles, para que se tomen un día libre el 7 de junio.
La dirección afirma que tiene intención de proseguir las negociaciones. El objetivo es evitar nuevas perturbaciones en unas cadenas de producción ya de por sí muy frágiles, sobre todo en el sector de los semiconductores.
Samsung Electronics es la principal filial del gigante surcoreano Samsung Group, el mayor de los conglomerados que dominan los negocios de la cuarta economía asiática.
