Astrónomos descubren una intrigante estructura en forma de ‘V’, llamada C4, tras una colisión en el chorro de un agujero negro supermasivo de la galaxia Centaurus A, a 12 millones de años luz de la Tierra.
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Un equipo internacional de astrónomos ha revelado nuevos datos sobre el agujero negro supermasivo de la galaxia Centaurus A, ubicada a 12 millones de años luz de la Tierra. Según informó la NASA este martes, un misterioso objeto habría colisionado con el chorro energético expulsado por este coloso cósmico, generando una estructura en forma de ‘V’ denominada C4.
Centaurus A, conocida también como NGC 5128, alberga un agujero negro que tiene una masa estimada en 100 millones de veces la del Sol. Los potentes chorros de partículas que este emite no se originan desde su interior, sino en los intensos campos gravitatorios y magnéticos que lo rodean. Estos chorros alcanzan velocidades cercanas a la luz y están siendo estudiados con detalle por los astrónomos.
El descubrimiento de C4 fue posible gracias al análisis de datos del observatorio de rayos X Chandra, de la NASA. Según el estudio publicado en The Astrophysical Journal, la estructura tiene forma de ‘V’ y emite radiación en rayos X. Los «brazos» de esta figura, que se extienden 700 años luz desde la fuente luminosa, representan un fenómeno nunca antes detectado en esta galaxia.
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Aunque la naturaleza exacta de C4 sigue siendo un enigma, los investigadores han sugerido que podría tratarse de una gran estrella o un par de ellas. Los vientos estelares de estas podrían haber interactuado con las partículas del chorro, produciendo la radiación observada. Sin embargo, esta hipótesis no explica por completo la peculiar forma y el ángulo de uno de los brazos de C4, lo que ha llevado a los astrónomos a buscar más respuestas.
A pesar de los avances, el estudio de C4 aún enfrenta limitaciones debido a la distancia de Centaurus A y a las capacidades de los telescopios actuales. Los científicos esperan que futuras observaciones arrojen más luz sobre este enigma cósmico y permitan comprender mejor los efectos de las colisiones entre chorros energéticos y objetos estelares.
Fuente y foto: Actualidad