Este domingo Alemania conmemoró el 80° aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de Bergen-Belsen, en el noroeste del país.
Durante la Segunda Guerra Mundial, más de 50.000 personas perdieron la vida en este campo, entre ellas la emblemática Ana Frank. En una emotiva ceremonia, más de 50 sobrevivientes del Holocausto, junto con políticos alemanes y la vice primera ministra británica Angela Rayner, recordaron los horrores vividos y el impacto perdurable de esa tragedia.
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Mala Tribich, sobreviviente de Bergen-Belsen, quien fue enviada al campo siendo niña, pronunció un mensaje claro a la humanidad: «Debemos ser vigilantes y activos en el combate contra el odio». Con 94 años, Tribich enfatizó la importancia de luchar contra el antisemitismo y el racismo, instando a una acción constante para prevenir la repetición de tales atrocidades. Esta llamada al compromiso resuena especialmente en tiempos en los que el discurso de odio sigue ganando terreno en diversas partes del mundo.
El campo de concentración de Bergen-Belsen, conocido por su brutalidad y las condiciones inhumanas, fue uno de los más notorios durante la Segunda Guerra Mundial. Fue liberado por las fuerzas aliadas el 15 de abril de 1945, momento en que encontraron a prisioneros gravemente enfermos y más de 10.000 cadáveres no enterrados. La crueldad del régimen nazi quedó patente en la escena, mostrando el alcance del sufrimiento que vivieron los prisioneros.
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Ana Frank, cuya historia se ha convertido en un símbolo de la tragedia del Holocausto, también fue una víctima de Bergen-Belsen. Su diario, que luego sería publicado como El diario de Ana Frank, ofrece un testimonio de las atrocidades vividas por los judíos durante el régimen nazi. Su legado sigue siendo un recordatorio de la importancia de la memoria histórica y la lucha contra el odio.
En la conmemoración de este aniversario, sobrevivientes y políticos coincidieron en la necesidad de no olvidar nunca lo sucedido. Este acto de recuerdo es un recordatorio de que el combate contra la intolerancia y el extremismo sigue siendo esencial para garantizar que tal tragedia no se repita.
Fuente: DW.
Foto: Liesa Johannssen/REUTERS.