El científico del CONICET, Fernando Muñoz, investiga el aumento de selenio en alimentos para prevenir enfermedades cardiovasculares y tumores, convirtiéndose en un referente internacional en biofortificación.
El investigador argentino Fernando Muñoz , del CONICET y el Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB, CONICET-UNMDP), lidera un importante proyecto de biofortificación de alimentos con el mineral selenio. Su trabajo se centra en aumentar las concentraciones de este micronutriente en hongos comestibles y cultivos como el brócoli, con el objetivo de mejorar sus propiedades nutricionales y contribuir a la prevención de enfermedades como las cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
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Muñoz es actualmente uno de los responsables del proyecto internacional Se4All , financiado por la Comunidad Europea. Este proyecto busca aumentar la concentración de selenio en plantas de alfalfa, que son alimento para el ganado, con el fin de incorporar este elemento en la producción de lácteos. Su destacada labor ha llevado al investigador a participar en congresos internacionales en países como China y Tailandia, donde ha compartido sus avances en esta temática.
El selenio es un micronutriente esencial que juega un papel crucial en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Muñoz señala que la deficiencia de selenio en humanos está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves. “Es un antioxidante por excelencia y está involucrado en diversas vías de defensa del organismo. Un bajo consumo de selenio nos hace más vulnerables a enfermedades”, afirma el científico.
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La biofortificación se refiere a mejorar las propiedades nutricionales de los cultivos mediante intervenciones agronómicas. En este caso, la incorporación de selenio se realiza de manera biológica, sin recurrir a técnicas transgénicas. El selenio se añade a las plantas a través de fertilización, garantizando un método natural de enriquecimiento.
La situación de deficiencia de selenio no es ajena a Argentina, donde Muñoz ha encontrado que la dieta promedio no satisface las necesidades diarias de este nutriente. Se estima que aproximadamente el 15% de la población mundial, es decir, un billón de personas , sufre de esta deficiencia. Ante esta realidad, el investigador subraya la importancia de encontrar alternativas de enriquecimiento, como el desarrollo de quesos y otros lácteos enriquecidos en selenio, así como hongos comestibles funcionales para aquellos con dietas veganas.
Fuente y foto: CONICET