Los bomberos de Los Ángeles se preparan para enfrentar fuertes ráfagas de viento pronosticadas para este lunes, las cuales podrían avivar incendios existentes o generar nuevos focos en la región. Los dos mayores incendios, Palisades y Eaton, han dejado 27 muertos y destruido más de 14.000 estructuras, aunque están contenidos en un 52% y 81%, respectivamente.
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que los vientos, que podrían alcanzar hasta 130 km/h, combinados con la baja humedad, crearán condiciones extremas de riesgo de incendios. El gobernador de California, Gavin Newsom, afirmó que este podría ser el último evento extremo de esta temporada, mientras 135 camiones de bomberos, helicópteros y equipos especializados están listos para responder a nuevas emergencias.
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Las órdenes de evacuación se levantaron este fin de semana en varios barrios de Los Ángeles afectados por el incendio Palisades. Lindsey Horvath, supervisora del condado, aseguró que trabajan rápidamente para permitir el regreso de los residentes y restablecer los servicios públicos.
En Altadena, el incendio Eaton causó 17 muertes y llevó a varias personas a abandonar sus hogares apresuradamente. Algunos evacuados, como Serena Null, lograron reunirse con mascotas que daban por perdidas, aportando un alivio emocional en medio del desastre.
Mientras tanto, las autoridades han emitido avisos de polvo y ceniza que podrían dispersarse con los vientos, complicando aún más la situación en el sur de California, donde montañas ennegrecidas y barrios arrasados reflejan la magnitud de los incendios recientes.
Fuente: DW.
Imagen: Michael Nigro/Pacific Press/picture alliance.