En diálogo con Radio 3, con una sonrisa en el rostro, Luis expresa: «Estoy orgulloso de estar siempre en la esquina de Urquiza e Italia. Mucha gente me conoce por los años que llevo aquí».
A lo largo de cinco décadas, Luis fue testigo de innumerables cambios en la forma en que las personas obtienen información. La aparición de internet y la digitalización de las noticias complicaron mucho su trabajo. «Antes, la gente esperaba el diario en la mañana. Ahora, muchos prefieren leer las noticias en el celular», comenta con nostalgia.
A pesar de los desafíos, Luis sigue firme. «Hay gente que no lo lee, pero me dice que lo compra para colaborar», dice. Su presencia en la esquina de Urquiza e Italia se ha vuelto un símbolo de la ciudad.
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Luis viene de una familia de canillitas. «Empecé a hacerlo caminando a los 6 años. Ahora tengo 56. Mi papá también fue canillita, y yo seguí sus pasos. Él debe estar orgulloso», reflexiona.
Según Luis, ser canillita requiere humildad. «Con el tiempo, llegas a conocer a tus clientes y sabes qué quieren. Esa relación personal es especial».