En diálogo con Radio 3, Alejandro Del Valle, Gerente de «Los Vascos», relató la historia y contó como funciona la tienda de ramos generales que se mantiene vigente con casi 100 años.
«Los Vascos» está cerca de cumplir un siglo de vida. Tiene vitrinas agrupadas por rubro: almacén, talabartería, perfumería, productos de limpieza, telas, bazar, ferretería y tienda.
Alejandro contó que fue fundada en 1926 por los padres de los actuales propietarios. En esa época, este tipo de comercio cumplía una función social esencial. «Los Vascos» es un tesoro histórico y cultural que ha sobrevivido y se mantiene como el último almacén de ramos generales en Argentina.
La historia detrás de este comercio es un viaje al pasado, un recordatorio de cómo solían ser las cosas en una época en la que la vida cotidiana se desenvolvía de manera más pausada y cercana. Los propietarios actuales, con un firme compromiso de mantener viva la esencia del lugar, han conservado los libros contables de épocas pasadas, escritos a mano con pluma, como reliquias de un tiempo que se niega a desaparecer por completo.
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«Conocí esta casa mucho antes de comenzar a trabajar acá, siempre me gustó», comparte Alejandro. Y explicó que una de las características más notables de este establecimiento centenario es su atención personalizada. A diferencia de las grandes cadenas de supermercados y tiendas modernas, en «Los Vascos» los clientes no son solo números en una pantalla. Los propietarios y empleados se esfuerzan por atender las necesidades individuales de cada persona que cruza la puerta.
Pero lo que más llama la atención es la diversidad de productos que ofrece, desde alimentos y productos básicos hasta herramientas, utensilios y productos para el hogar. La tienda se ha convertido en un depósito de memorias vivas, con elementos que recuerdan una época en la que la autosuficiencia y la comunidad eran fundamentales.
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas. A lo largo de sus 100 años de existencia, este almacén ha enfrentado numerosas crisis económicas y desafíos, desde recesiones hasta cambios en los patrones de consumo. Pero, como señala Alejandro, «el hecho de que estemos acostumbrados a enfrentar adversidades no significa que no nos afecten».
En una época en la que la comodidad y la inmediatez a menudo priman sobre la tradición y la historia, «Los Vascos» sigue siendo un faro de resistencia y un lugar donde el tiempo parece detenerse. A medida que se acerca su centenario, su misión es clara: preservar el legado de generaciones pasadas y seguir siendo un refugio de calidez y tradición en medio de un mundo en constante cambio.