La escultura, ubicada en los jardines del castillo de Antrim, ha generado opiniones divididas entre admiración y críticas en redes sociales.
Una nueva escultura de la difunta reina Isabel II ha desatado controversia tras su inauguración en los jardines del castillo de Antrim, en Irlanda del Norte. La obra, creada por el artista Anto Brennan, muestra a la reina vestida de manera informal, con un pañuelo, falda escocesa y un chaleco, acompañada de dos de sus corgis. A su lado, una estatua previa de su esposo, el príncipe Felipe, completa la escena.
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Desde su presentación, la pieza ha sido objeto de comparaciones en redes sociales, con algunos usuarios asociando su apariencia a personajes de la cultura popular como “Señora Doubtfire” o figuras de la serie «Wallace y Gromit». Otros usuarios defendieron la estatua, afirmando que rinde homenaje a la reina y resaltando el esfuerzo del artista.
A pesar de las críticas, el Ayuntamiento de Antrim y Newtownabbey, responsable de encargar la obra, aseguró que la estatua fue recibida con una «respuesta positiva general» por aquellos que la han visto en persona. No obstante, ante el aluvión de comentarios negativos en redes, desactivaron las respuestas en su publicación de Facebook.
Clara Lieu, fundadora de la plataforma educativa Art Prof, señaló que una de las principales fallas de la escultura es su falta de parecido con la monarca. Aunque reconoció que los corgis ayudan a identificar a Isabel II, sugirió que la vestimenta elegida no refleja el estilo icónico que la reina solía llevar en eventos públicos.
Fuente: La Nación.