En tiempos de redes, contactos en línea, video conferencias y diversidad de recursos de comunicación online, presenciar en directo el relato de un testigo en el preciso lugar donde ocurrieron los hechos que narra, se experimenta como el hallazgo de un diamante en bruto. Seis testigos declararon este martes en esas condiciones, ante el tribunal de juicio. Los seis estuvieron en el baile luego del que fuera asesinado Evaristo Andrade. Cinco vivieron el momento mismo en que intervino Peña. Uno resultó víctima de lesiones graves y pudo mostrarle al tribunal las cicatrices que dejaron las puñaladas en el tórax y en la pierna derecha.
El día abrió entre la bruma de los cerros que acompañan el camino de Trevelin a Corcovado. Los vehículos oficiales de la Oficina Judicial y la Fiscalía transitaron las lomas entrando y saliendo de los bancos de niebla. Alrededor del camino, la vegetación permanecía cubierta por una gruesa capa de helada. En la ruta, un control policial desviaba el tránsito. La entrada principal estaba reservada exclusivamente a quienes participarían del juicio. Es que ese camino desemboca indefectiblemente en el Gimnasio Municipal. La ruta pasa por delante de ese recinto para ingresar al pueblo.
El operativo de seguridad cortó las calles de acceso al Gimnasio devenido en sede provisional del tribunal. El debate no ocurriría solo en el interior. Las mesas se dispusieron en el cuarto de la cantina. Allí se tomó juramento a cada testigo y se realizaron las primeras preguntas. Luego, cada uno a su turno, salieron junto a los jueces, los representantes de la Fiscalía y la Defensa. Primero al gimnasio para decir lo que sabían del altercado ocurrido allí dentro. Posteriormente a la calle, para referirse al tramo que finalizó con Andrade muerto y un joven del mismo grupo gravemente herido.
El interrogatorio de las partes permitió que los jueces puedan ver por sí mismos cómo se habrían producido los movimientos de cada grupo esa noche, dónde discutieron, dónde se volvieron a encontrar, dónde estaba la policía, dónde el vehículo del imputado y en qué lugar preciso cayó herida de muerte la víctima.
El miércoles se reabre el debate en Esquel. Restan dos jornadas de testigos, en tanto que el viernes serían los alegatos de cierre de la acusación y la defensa.