Con casi dos mil años de historia, “abracadabra” pasó de ser un conjuro de sanación contra enfermedades a una expresión mágica en el escenario de ilusionismo.
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La palabra “abracadabra” es casi sinónimo de magia. Con el simple acto de pronunciarla, parece invocar un mundo de transformación y asombro. Su historia, sin embargo, es tan intrigante como el propio sonido que evoca: sus orígenes se remontan al siglo II, cuando el médico y tutor romano Quintus Serenus Sammonicus la recomendó como un remedio contra la fiebre, una enfermedad común y peligrosa en su época. En su obra Liber Medicinalis, Serenus describe un amuleto con la palabra “abracadabra” escrita en forma triangular, de modo que al reducirse la palabra en cada línea, la fiebre también disminuiría, según la creencia de la época.
El uso de la palabra como conjuro fue evolucionando y, según documentos históricos, versiones de este amuleto mágico también aparecieron en papiros egipcios y códices coptos del siglo III y VI d.C. respectivamente, escritos en triángulos que apuntaban hacia abajo y eran pensados para expulsar malos espíritus. Para los antiguos seguidores de la magia griega, estos talismanes en “forma de corazón” protegían contra los demonios y las enfermedades, según la historiadora Elyse Graham, de la Universidad de Stony Brook.
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Aunque sus raíces podrían encontrarse en el arameo, el hebreo o el latín, algunos expertos sugieren que “abracadabra” podría derivar de expresiones como “ebrah k’dabri” (“creo mientras hablo”) o “avra gavra” (“crearé al hombre”), relacionadas con la creación y el poder divino. En el siglo XVII, el escritor inglés Daniel Defoe mencionó en A Journal of the Plague Year que los londinenses aún usaban esta palabra en amuletos para prevenir la peste.
Con el tiempo, “abracadabra” dejó de ser vista como un remedio curativo y fue adoptada como símbolo de la magia escénica en el siglo XIX. En el siglo XX, el ocultista Aleister Crowley le dio un nuevo sentido al cambiarla por “abrahadabra” en su libro Liber Al Vel Legis, vinculándola a la Cábala Hermética como nombre de una nueva era espiritual.
La palabra “abracadabra” ha evolucionado hacia la magia teatral, pero su misterio sigue intacto. Como dice Graham, el significado de una palabra mágica da poder al mago porque los demás no comprenden su verdadera esencia. Es ese enigma el que mantiene a “abracadabra” viva en la cultura popular, como símbolo de lo desconocido.
Fuente: National Geographic
Foto: BCC