Estudio revela cómo el vino de Gaza y el vino cilicio marcaron diferencias en el comercio y el consumo del Mediterráneo entre los siglos IV y VII d.C., reflejando aspectos económicos y sociales del Imperio Romano.
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Un reciente estudio arqueológico ha sacado a la luz fascinantes detalles sobre la distribución y consumo de dos vinos emblemáticos del Mediterráneo oriental durante la Antigüedad tardía: el vino de Gaza y el vino cilicio. A través de un análisis de fragmentos de ánforas romanas tardías halladas en yacimientos arqueológicos, los investigadores han reconstruido cómo estos productos fueron transportados entre los siglos IV y VII d.C., revelando importantes diferencias en su demanda y contexto social.
El vino de Gaza, conocido por su alta calidad, estaba fuertemente asociado a la expansión del cristianismo y la proliferación de comunidades monásticas en Palestina. Este vino de lujo era destinado principalmente a los centros urbanos más ricos del Imperio Romano, como Constantinopla, Alejandría y Rávena. Su prestigio no solo se debía a su sabor refinado, sino también a su conexión con los rituales litúrgicos cristianos, siendo una bebida codiciada por las élites.
En contraste, el vino cilicio, producido en las costas de Cilicia y Chipre, tenía una distribución más amplia y popular. A un precio más accesible, este vino era una bebida habitual en los suministros militares romanos, consumido por las tropas estacionadas en las regiones periféricas del Imperio, incluidas las zonas fronterizas del Danubio. Las ánforas LRA 1, utilizadas para su transporte, han sido encontradas en grandes volúmenes en fortalezas militares, subrayando su papel esencial en la dieta de los soldados.
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Este descubrimiento subraya cómo el comercio del vino fue un motor económico clave para las regiones productoras del Levante y la costa sur de Anatolia. Según el equipo de investigadores, la expansión de los viñedos en Gaza estuvo directamente vinculada al crecimiento de las comunidades monásticas, que no solo cultivaban el vino, sino que lo integraban en las rutas comerciales del Mediterráneo. Las ánforas LRA 4, utilizadas para transportar el vino de Gaza, han sido halladas en importantes centros religiosos y administrativos, reforzando la idea de que este vino estaba destinado a las élites y a la liturgia cristiana.
Mientras tanto, el vino cilicio, producido en mayor cantidad, era fundamental para el ejército romano. Su distribución alcanzó incluso las zonas fronterizas, donde se consumía en grandes cantidades por las tropas estacionadas, consolidando su papel como un recurso estratégico del Imperio.
Fuente y foto: la brujula verde