Con más de 600 años de historia, la Capilla Sixtina se convierte en el centro de atención global en 2025, al iniciarse un nuevo cónclave para elegir al sucesor de Francisco.
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La Capilla Sixtina, uno de los mayores tesoros artísticos y espirituales del mundo, vuelve a ocupar la atención internacional este 7 de mayo de 2025, cuando comience el nuevo cónclave papal tras el fallecimiento del papa Francisco. Con seis millones de visitantes anuales, este recinto del Vaticano —ubicado a la derecha de la basílica de San Pedro— ha sido durante siglos escenario de arte, historia y decisiones trascendentales para la Iglesia católica.
Construida en el siglo XV por orden del papa Sixto IV, la capilla fue decorada por grandes artistas del Renacimiento como Miguel Ángel, Botticelli, Perugino y Rafael. Su interior alberga frescos únicos como los relatos del Génesis en la bóveda y el Juicio Final en la pared del altar. A lo largo de los años, sus obras sufrieron censuras y restauraciones, pero hoy brillan con esplendor gracias a una labor de conservación que culminó en 1999.
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Desde 1878, la Capilla Sixtina se ha establecido como la sede oficial del cónclave, aunque el primero en celebrarse allí fue en 1492, cuando Alejandro VI fue elegido pontífice. Este año, tras el deceso de Jorge Mario Bergoglio, 133 cardenales se reunirán en estricto aislamiento para elegir al nuevo papa. La tradicional chimenea, instalada el 2 de mayo, anunciará al mundo el resultado mediante humo blanco o negro.
El proceso, que requiere una mayoría de dos tercios (89 votos), prevé hasta cuatro votaciones diarias y podría extenderse varios días. El elegido será el 257° sucesor de Pedro y saldrá de la “Sala de las Lágrimas” para dar su primera bendición Urbi et Orbi, frente a miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
Fuente y foto: National Geographic