Un ex mecánico se expuso a más de 700 dosis de veneno y 200 mordeduras para lograr lo que la ciencia nunca había conseguido: un tratamiento humano de amplio espectro que podría salvar miles de vidas en zonas rurales.
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Durante casi dos décadas, Tim Friede, un autodidacta y ex mecánico de camiones en Estados Unidos, se sometió a un peligroso régimen de autoexposición a veneno de serpientes. Fue mordido más de 200 veces por cobras, mambas negras, taipanes y serpientes de cascabel. A partir de sus anticuerpos, científicos de la Universidad de Columbia y la empresa Centivax desarrollaron un antídoto humano de amplio espectro, publicado en la revista Cell, que podría cambiar radicalmente el tratamiento de mordeduras en todo el mundo.
El estudio, liderado por el doctor Jacob Glanville y con la participación del profesor Peter Kwong, probó exitosamente el nuevo cóctel en ratones. Combinando tres componentes —dos anticuerpos extraídos de Friede y una molécula sintética llamada varespladib—, lograron protección total contra 13 especies de serpientes elápidas, y parcial contra otras seis. Los investigadores señalan que esta fórmula podría eliminar la necesidad de identificar la serpiente antes de administrar el antiveneno, una dificultad habitual en contextos rurales.
Según la Organización Mundial de la Salud, entre 81.000 y 138.000 personas mueren anualmente por mordeduras de serpiente, y hasta 400.000 sufren discapacidades permanentes. La mayoría de los afectados vive en zonas pobres donde el acceso a un tratamiento adecuado es escaso. El antídoto actual, basado en anticuerpos animales, presenta reacciones adversas y es efectivo solo para especies específicas, por lo que un remedio universal podría revolucionar la atención médica en estos casos.
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El cóctel ya fue probado en ratones con resultados prometedores, y el próximo paso será evaluarlo en perros que sufran mordeduras en zonas como Australia, donde predominan las serpientes elápidas. En paralelo, el equipo científico trabaja en una cuarta antitoxina y en el desarrollo de una fórmula específica contra las víboras.
La investigación fue aprobada por una Junta de Revisión Institucional y Friede dio su consentimiento para participar. Su caso, sin precedentes, podría marcar un antes y un después en la lucha contra un problema de salud pública largamente desatendido.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo