La unión de dos ingredientes presentes en casi todas las cocinas —miel y bicarbonato de sodio— podría convertirse en el nuevo aliado de la belleza natural. Esta combinación casera se está recomendando cada vez más por su efecto exfoliante, humectante y antibacterial, ideal para el cuidado de la piel.
El bicarbonato actúa eliminando células muertas y suavizando la piel, mientras que la miel aporta humectación natural, ayudando a unificar el tono y disminuir manchas oscuras. Esta mascarilla también tiene potencial para reducir el acné, combatir bacterias y calmar la irritación en zonas sensibles del cuerpo.
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Para utilizarla, se sugiere aplicarla como mascarilla facial, siempre sobre la piel limpia y evitando el área de los ojos. La frecuencia recomendada es de una o dos veces por semana, aunque esto puede variar según el tipo de piel. En todos los casos, es clave realizar una prueba en una pequeña zona del cuerpo antes de aplicar en el rostro, para evitar reacciones alérgicas.
Especialistas en dermatología advierten que, aunque se trata de ingredientes naturales, no está libre de riesgos, especialmente en personas con condiciones cutáneas preexistentes. Por eso, se recomienda consultar con profesionales antes de incorporar esta mezcla a la rutina de cuidado personal.
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En tiempos donde lo natural gana terreno, esta combinación sencilla y accesible se presenta como una alternativa económica y efectiva para el cuidado de la piel. Eso sí, como todo remedio casero, debe aplicarse con responsabilidad y moderación.
Fuente: TyC Sports.